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Masajes sin contacto

Alternativas para relajarse y eliminar el estrés de forma segura en tiempos de Covid.

Combinar el distanciamiento social con recibir un masaje antiestrés de forma segura es complicado, por muchas medidas de seguridad y protocolos que se apliquen para evitar el contacto. En 2020, los centros de masaje vivieron su peor año y la previsión para 2021 no es buena. Una encuesta de la American Massage Therapy Association revela que solo un 19% de los estadounidenses admitía haber recibido un masaje el pasado año, cifra demoledora si se compara con el 48% del 2019. Para contrarrestar esta tendencia, proliferan nuevos servicios que ofrecen vivir esa experiencia sin contacto alguna.  

Uno de los más demandados es la cámara hiperbárica, que consiste en el uso médico del oxígeno puro al 100% en una cámara presurizada. Los clientes pueden reservar sesiones en una cámara con una presión de aire tres veces superior a la normal, lo que permite que entre más oxígeno en el cuerpo. Este tratamiento, siempre bajo prescripción médica, favorece la relajación y la concentración. 

La crioterapia es otra alternativa al alza. Consiste en el uso del frío extremo para combatir lesiones cutáneas, pero también se usa en cabinas para relajarse, aumentar la vitalidad y generar una sensación de recarga de energía. El contraste entre calor y frío aporta propiedades relajantes, aspecto esencial para luchar contra el insomnio o el estrés.

Otra opción son las llamadas cuevas de sal, espacios que replican el clima habitual de una cueva de sal e invitan al usuario a respirar de forma relajada en un ambiente natural, puro y salino. El resultado es una sensación de relax total. El mismo placer producen los tanques de flotación, donde el usuario se baña en una cabina ingrávida que tiene agua y una elevada cantidad de sales de Epsom. La combinación permite flotar, e incluso dormirse, sin necesidad de hacer ningún esfuerzo. 

Por último, las denominadas saunas de infrarrojos cambian el tradicional baño de vapor por la aplicación del calor directo gracias al uso de lámparas infrarrojas. Esta técnica permite sudar mucho más a temperaturas más bajas, y así se eliminan más toxinas durante la experiencia. El mayor beneficio es que ayuda a calmar la ansiedad y rebajar el estrés porque sudar es importante para nivelar el cortisol, la principal hormona que se libera como respuesta al estrés.