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Miradas

Un mundo distinto

La pandemia por coronavirus ha cambiado el planeta por completo.

De América del Norte al Sur, atravesando toda África y hasta los países más desarrollados de Asia y Europa. La Covid-19 ha transformado las costumbres del mundo entero e impuesto unas normas comunes. La mascarilla, en “boca” de todos, ha borrado muchas sonrisas. 

La Covid-19 se ha convertido en el virus más global de la historia. No solo por su conocimiento, viralidad y capacidad de contagio, sino porque no hay lugar remoto del planeta que no haya sufrido sus consecuencias. Mascarilla, distancia, gel hidroalcohólico, pruebas PCR, horarios restringidos…, nadie se ha salvado de adaptarse a la llamada nueva normalidad. 

En la región brasileña de Igarape-Miri llegaron los primeros termómetros digitales para controlar la temperatura de la población.
El fútbol ofrece una imagen inédita. La mayoría de países no permite la entrada de público a los estadios, los jugadores no pueden saludarse y en cada partido se desinfectan incluso las porterías.
Indonesia impone un curioso castigo a quienes no llevan mascarilla: cavar tumbas para los fallecidos por la pandemia.
En Italia, primer gran foco del virus en Europa, se han producido graves altercados en las calles contra las restricciones.
En la India, el aumento del número de casos provocó el cierre de los colegios. Algunos profesores viajan en moto entre poblaciones para dar una clase al día.
Pese al cierre de mercados informales, Zimbabue no permite desplazarse entre poblaciones cercanas en busca de comida.
Los hikikomori son los llamados ermitaños modernos japoneses. Casi nunca salen de casa y jamás se relacionan con nadie. El país estima que este síndrome se ha disparado entre la población adulta a raíz del virus.