Carlos Zarco, Director de la Fundación Espriu
“Las cooperativas de salud somos imprescindibles para alcanzar el acceso global a la sanidad”
El cooperativismo sanitario permite organizar una asistencia sanitaria que respeta los derechos de los pacientes y de los profesionales sanitarios. Su éxito se basa en la estrecha colaboración de ambos colectivos como valor social sostenible. Para la Fundación Espriu, los servicios sanitarios son un derecho básico porque la sociedad necesita que la sanidad sea un servicio de calidad.
El pasado julio se dio el pistoletazo de salida de la próxima edición del Año Internacional de las Cooperativas. ¿Cuáles fueron los mensajes que se lanzaron durante el acto de presentación?
Este lanzamiento preliminar fue organizado por el Comité de las Naciones Unidas para la Promoción y el Avance de las Cooperativas (COPAC), en colaboración con las Misiones Permanentes de Mongolia y Kenia. El lanzamiento oficial se celebrará durante la Conferencia Cooperativa Mundial de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), programada para noviembre, en Nueva Deli, India.
En la sesión de apertura, pusimos de relieve que este modelo cooperativo supone en sí mismo una transformación económica de abajo hacia arriba, que ha situado a las cooperativas como uno de los pilares fundamentales para impulsar la transformación económica y alcanzar nuestro objetivo de desarrollo sostenible. El presidente de la ACI presentó el lema del Año Internacional de las Cooperativas, “Las cooperativas construyen un mundo mejor”.
¿Qué responsabilidades asumen a la hora de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)?
Las cooperativas son muy importantes a la hora de conseguir los ODS de la agenda 2030, al tratarse de empresas basadas en valores que construyen un mundo mejor. Gracias a sus ideas, como la democracia y la solidaridad, y a sus principios de intercooperación y la preocupación por la comunidad, están bien posicionadas para alcanzar estos objetivos.
¿Cuáles son los retos futuros?
El futuro de las cooperativas estará inevitablemente determinado por los avances tecnológicos, las condiciones económicas o los cambios sociales. Su capacidad para innovar y adaptarse a las nuevas necesidades es una herramienta para llevar la democracia, la igualdad y la sostenibilidad al lugar de trabajo.
Innovación, sostenibilidad, acceso a la sanidad o a la educación... ¿Sin cooperativas es posible lograr este mundo?
Según datos de la ACI y del B20, unos 100 millones de hogares en todo el mundo tienen acceso a la atención sanitaria gracias a las cooperativas. La presencia de este modelo empresarial se ha confirmado en los sistemas sanitarios de 76 países, registrándose más de 3.300 cooperativas sanitarias con una facturación global de 15.000 millones de dólares.
Entre estas cifras se encuentran organizaciones de distintos orígenes y estructuras, pero todas ellas tienen un objetivo común: acercar a los profesionales sanitarios y a los usuarios para conciliar los desajustes entre la oferta y la demanda sanitaria.
Las cooperativas sanitarias han demostrado su enorme capacidad de adaptación a nuevos contextos socioeconómicos y sistemas sanitarios muy diferentes. Esta flexibilidad se debe, en gran medida, a que su modelo de gobernanza se centra en la búsqueda de soluciones a las necesidades de las personas y de la sociedad en su conjunto.
¿Qué hace falta para que el papel de las cooperativas sea más conocido?
Sin duda, aumentar su visibilidad. Eventos como el Año Internacional de las Cooperativas son un altavoz para mostrar que, a escala mundial, desempeñan un papel crucial en la economía. Según datos de la Alianza Cooperativa Internacional, más de mil millones de personas están vinculadas a cooperativas que generan más de 250 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, en sectores tan diferentes como la salud, la agricultura, los seguros o la banca.
En este contexto, ¿cuáles son los principales valores de la Fundación Espriu?
Promover y desarrollar el cooperativismo sanitario. Esta actividad la llevamos a cabo a través de actividades como la publicación de la revista Compartir; la organización de actos, la asesoría y colaboración con organizaciones vinculadas a la economía social y al cooperativismo sanitario.
Las entidades que integran la Fundación Espriu no tienen ánimo de lucro mercantil. Además, los excedentes que se puedan generar se destinan a la reinversión, y todas las partes interesadas participan en la gestión implicando de forma solidaria a todos los agentes. Finalmente, se trata de organizaciones privadas, pero de carácter abierto y con disposición plena a colaborar con la sanidad pública.
¿Qué ejes de acción han desarrollado más en los últimos años?
Nuestros objetivos son promover, investigar y divulgar la gestión cooperativa de la sanidad, a través de la fórmula cooperativa de organización y autogestión. Esta se basa en una relación de confianza y cercanía entre médicos y pacientes. Los profesionales sanitarios y los usuarios de los servicios participan en la cogestión de organizaciones centradas en el cooperativismo sanitario. Además, la fundación fomenta la asistencia sanitaria de máxima calidad, donde los profesionales pueden ejercer su trabajo con total libertad.
Gracias a la cogestión, las instituciones sanitarias de la Fundación Espriu han conseguido un modelo de gestión en el que una organización sin ánimo de lucro permite que las ganancias financieras se conviertan en valor social sanitario a través de la reinversión en nuevas tecnologías, equipamientos y mejoras en las instalaciones.
¿Cómo se imagina la Fundación Espriu en 20 años?
En un entorno incierto, vulnerable, complejo y ambiguo es difícil tener una idea muy clara de cómo será, pero creo que se mantendrá innovando sin destruir e incorporará nuevas metodologías que nos faciliten estar preparados.
¿Qué es lo que más valora de su trabajo?
Sin duda la posibilidad de hacer crecer el modelo sanitario cooperativo y de intercooperar entre las diversas cooperativas de salud. Hace seis años fui elegido presidente de la Organización Internacional de Cooperativas de Salud (IHCO) y, desde aquel momento, hemos trabajado para conseguir que las cooperativas adheridas hayan alcanzado el récord histórico y que estemos presentes en los cinco continentes. Estoy convencido de que somos imprescindibles para alcanzar el acceso a la sanidad en todo el planeta.