
El cine independiente arrasa en los premios Oscar
El film 'Anora', dirigido por Sean Baker, se erige como la gran triunfadora de la 97ª edición de los premios Oscar, consiguiendo 5 estatuillas.
Hace ya varios años que los académicos de Hollywood miran con muy buen ojo las propuestas salidas de la esfera del cine independiente. Casos como el premio a Mejor Película para Parásitos en 2019, o para Everything, everywhere, all at once el 2022 ya anunciaban esta tendencia. Al mismo tiempo, el auge de productoras como A24 y Filmnation, nacidas del entorno del festival de Sundance (meca del cine indie norteamericano), iba consolidando el fenómeno. En la madrugada del 2 al 3 de marzo de 2025, sin embargo, esta tendencia ha asumido un nuevo avance al coronarse Anora como la película más premiada de la 97ª edición de los premios Oscar.
La historia de Ani, una trabajadora sexual que conoce y se enamora del heredero de un gran empresario ruso, ha conseguido cautivar a los críticos y académicos y erigirse como la Mejor Película, la Mejor Dirección, el Mejor Guión Original, la Mejor Edición y la Mejor Actriz Principal para Mickey Madison. De estos cinco premios, tres han sido exclusivamente para la gran mente detrás de este trabajo, Sean Baker, consolidándose como el gran autor de “dramedia” del cine americano actual. Si bien no se puede hablar de director joven, hasta la fecha el realizador había destacado siempre en círculos alternativos sin llegar al gran público, a pesar de haber conseguido una importante fama entre cinéfilos con su película The Florida Project.
Como contraparte al triunfo de Anora, sin embargo, está el declive de Emilia Pérez. La que partió siendo favorita con 13 nominaciones no ha podido aguantar el descalabro provocado por las polémicas declaraciones tanto del director del filme como de su protagonista, la española Karla Sofía Gascón. Finalmente, el narco-musical consigue únicamente dos premios: Mejor Canción Original por “El Mal” y Mejor Actriz de Reparto para Zoe Saldaña. Sin embargo, se le escapa el premio a Mejor Película Internacional, que finalmente lo obtiene Ainda estou aquí, un relato sobre la memoria histórica de Brasil.
Un reparto equilibrado
En cuanto al resto de premios, la 97ª edición de los Oscars deja sus estatuillas bastante repartidas. El macrorelato sobre la inmigración y las resquiebras del sueño americano de The Brutalist (Bradly Corbett) se alza finalmente con tres estatuillas, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora y Mejor Actor Protagonista para Adrien Brody. Un galardón que le llega casi 20 años después de conseguir su primer premio con El pianista. De igual forma, la película Cónclave, que partía con 10 nominaciones, finalmente sólo obtiene el premio a Mejor Guión Adaptado, dejando otra vez sin reconocimiento a Ralph Fiennes. En la misma línea, la pesadilla “cronenberguiana” de body-horror La Sustancia, a pesar de haber sido todo un éxito de público y crítica, consigue únicamente el galardón a Mejor Maquillaje y Peluquería.
El cine de terror sigue sin conseguir el cariño y reconocimiento de la crítica que merecería, como prueba también la ausencia final de premios para el Nosferatu de Robert Eggers. Por su parte, el biopic sobre Bob Dylan A Complete Unknown, que partía con 8 nominaciones, vuelve a casa también con las manos vacías.
Cerrando este repaso, vale la pena destacar el premio a Mejor película de Animación para Flow, una delicia audiovisual sobre el periplo de un gato tras un apocalipsis en el que desaparecen los humanos. Igualmente, el musical de gran presupuesto Wicked obtiene reconocimiento en su faceta técnica, logrando el premio a Mejor Vestuario y Diseño de Producción, siendo Dune II un caso muy parecido, logrando el premio a Mejores Efectos Especiales y Sonido.
En resumen, los académicos de Hollywood terminan en esta edición de consolidar su preferencia por el cine independiente y la originalidad. Si bien hay sonoras ausencias como el Civil War de Alex Garland o la ignorancia deliberada hacia el género del terror (donde, actualmente, se están realizando las ideas más alocadas), se puede decir que el triunfo de Sean Baker y Anora reflejan el nuevo cambio de rumbo en la industria.