Cooperativas sanitarias del mundo: Uganda
Exploramos ejemplos globales de cooperativas sanitarias que mejoran el acceso y la calidad de la atención médica, adaptándose a diversas realidades socioeconómicas y culturales.
Moses Okello vive en Oyam, un área rural en el norte de Uganda donde la malaria hace estragos. Hace un tiempo toda su familia enfermó durante la misma semana. Afortunadamente se recuperaron, pero la factura sanitaria ascendió a 300.000 chelines, unos 75 euros. Para poder pagar seguramente hubiera tenido que vender algunas gallinas o una cabra. Sin embargo, Moses forma parte de una cooperativa de salud que se hizo cargo de gran parte de la deuda y le permitió mantener los animales, que son básicos en su economía familiar.
En Bushenyi, en el oeste de Uganda, Richard Namara no tuvo tanta suerte. Él y su esposa enfermaron y tuvieron que endeudarse más allá de sus posibilidades para hacer frente a los gastos médicos. Con el tiempo, se enteraron que en su región existía una cooperativa de salud y se asociaron. Gracias a la cooperativa, sus tres hijos han nacido en el hospital con la asistencia sanitaria necesaria y sin necesidad de pedir un préstamo.
El sistema sanitario en Uganda
Aunque oficialmente Uganda cuenta con servicios de salud públicos –en teoría sin coste para los ciudadanos– la realidad es que los recursos suelen ser muy escasos y las listas de espera son interminables.
Por eso, cada día más ciudadanos de Uganda se unen, formando cooperativas a través de las que comparten los riesgos financieros asociados a los tratamientos médicos. La cooperativa actúa como un fondo comunitario que gestiona las cuotas de los socios y negocia con los sanitarios y los hospitales, llegando a acuerdos para que atiendan a sus socios. En la actualidad, existen 18 cooperativas de salud registradas que cuentan con 35.000 miembros.
La cooperativa estadounidense HealthPartners, en colaboración con la agencia americana de cooperación al desarrollo, introdujo en Uganda el modelo de seguro de salud cooperativo hace más de 20 años. Actualmente, es un modelo arraigado en la comunidad local y que ha mejorado sensiblemente la salud pública.
