Geisha paseando por Kanazawa

Kanazawa: entre ‘geishas’ y samuráis

Este atractivo enclave de la costa del mar de Japón concentra varios barrios del periodo Edo que conservan todo su encanto histórico.

POR Neus Duran | 07 Abril 2025

Aunque la mayoría se concentra en Kioto,  hay otras zonas de Japón con geishas en activo. Una de ellas es la histórica ciudad de Kanazawa, un atractivo enclave en la costa del mar de Japón que ha visto disparada su popularidad en los últimos años gracias a la llegada del tren bala, que lo conecta con Tokio en apenas dos horas y media. La ciudad, situada en la prefectura de Ishikawa, cuenta con tres barrios de geishas distintos: Higashi Chaya, Nishi Chaya y Kazuemachi. En el periodo Edo (1603-1868), todos ellos concentraban a un gran número de casas de té en las que las “mariposas de la noche” entretenían a mercaderes y nobles.

Actualmente conservan la estética y el ambiente de aquellas épocas, con calles flanqueadas por casas de té con celosías de madera en las fachadas y pequeños porches sobresaliendo del segundo piso, donde se ubican los salones de invitados, con tatamis y una exquisita decoración. En Higashi Chaya se puede, por ejemplo, visitar la casa de té Kaikaro, con doscientos años de antigüedad, y tomar un matcha. Eso sí, solo durante el día; por las noches no está abierta a turistas, precisamente porque acoge banquetes con geishas. Muy popular entre los visitantes internacionales es la de Shima, reconvertida en museo temático sobre  los más refinados salones del vecindario del placer. La mayoría de las antiguas casas de té, sin embargo, son hoy en día restaurantes, cafeterías o pequeñas tiendas donde se pueden adquirir todo tipo de artículos —¡incluso helados!— decorados con pan de oro, una técnica de tradición histórica en esta localidad. También se puede observar a los artesanos trabajando con este material, o participar en uno de sus talleres.

Calles con encanto de Kanazawa

 

También del periodo Edo es el antiguo barrio de samuráis de Nagamachi, que mantiene todo su encanto histórico con sus calles estrechas, serpenteantes canales y numerosas bukeyashiki (residencias tradicionales de los samuráis), perfectamente conservadas y protegidas por muros de piedra. Algunas de ellas, como la casa Namura o el antiguo hogar de la familia Takada, están abiertas al público y permiten entender cómo vivían estos míticos guerreros.

Talleres de teñido de telas y kimonos en alquiler

Muy cerca del distrito samurái se encuentran los jardines de Kenrokuen, considerados como unos de los más bellos de Japón; para hacer la experiencia más única, es posible alquilar un kimono en alguno de los negocios cercanos especializados y pasear por el parque ataviados con él. Quienes se sientan fascinados por estas llamativas vestimentas pueden además acercarse al Kaga Yuzen Kimono Center, a tocar de los jardines, para realizar un curso de técnica de teñido u observar cómo los habilidosos artesanos pintan kimonos siguiendo técnicas tradicionales.

Mujeres visten kimonos

 

Visitas imprescindibles por la zona son también el castillo de Kanazawa, con sus imponentes murallas y fosos, y el santuario Oyama Jinja, con más de trescientos años de historia y considerado protector de la ciudad. No hay que perderse tampoco el vecino barrio de Katamachi, un encantador entramado de callejuelas ­—la más famosa es Chuo Mishokugai— repletas de diminutos bares de tipo izakaya, que suelen frecuentar los japoneses al salir del trabajo.

Si queremos disfrutar de la gastronomía como los locales, también debemos acercarnos al mercado Omicho, que desde 1721 provee de productos frescos a los habitantes de la ciudad. Algunos de los puestos cuentan con algunas mesitas donde sentarse y degustar carne, pescado o mariscos a la parrilla. Entre noviembre y marzo, son legión los japoneses que llegan a Kanazawa a gozar del sabor de los cangrejos de nieve, una codiciada especie que se obtiene en las vecinas costas del mar de Japón.

Cangrejo

 

Otro producto estrella local es el sake. La prefectura de Ishikawa es célebre por poseer tanto aguas cristalinas como arroz de una gran calidad, por lo que el sake que se elabora aquí tiene mucha fama. Además de muchos bares donde se ofrecen degustaciones de infinitas variedades de esta bebida, también es posible visitar destilerías como la Koganei, una histórica fábrica donde hace más de doscientos años que se produce este licor.

Los más golosos no se resistirán a degustar los dulces japoneses (wagashi), elaborados con arroz, alubias rojas y azúcar, ya que junto con Kioto y Matsue, se considera Kanazawa uno de los mejores destinos donde probarlos, debido a su larga tradición de la ceremonia del té. Toda una tentación a la que más de uno se rendirá encantado. 

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