Juegos de mesa

Los beneficios de los juegos de mesa

Más allá de ser un mero pasatiempo o una alternativa de ocio, los juegos de mesa son un buen aliado para mejorar nuestro bienestar y frenar el deterioro cognitivo.

POR Víctor Farradellas | 13 Abril 2023

El historiador holandés Johan Huizinga escribía que el juego es una condición previa y necesaria para la generación de cultura en cualquier sociedad humana. Experto en lenguas indoeuropeas e historia medieval, Huizinga publicó en 1938 Homo ludens, un ensayo en el que defendía la importancia del juego como una actividad troncal en la formación de cualquier individuo y en la configuración de cualquier cultura avanzada. Su tesis parece plausible si pensamos en cómo los niños empiezan a comprender el mundo y sus límites a través de la simulación y el ensayo-error, dos características intrínsecas del  juego.

La historia nos ofrece decenas de ejemplos que muestran la estrecha relación que mantienen juego y civilización. Arqueólogos que han trabajado en yacimientos de Oriente Medio han desenterrado objetos de hace 8.000 años que muy probablemente sean tableros de juego. El senet egipcio se remonta al 3100 aC. En el Lejano Oriente, el weiqi (China) o el go (Japón) también se practican desde tiempos remotos. Por no hablar de los orígenes del ajedrez, que se pierden en los confines del pasado de la India.

 

Juego y aprendizaje

Pero además de su estrecha relación con la cultura, los juegos de mesa han demostrado ser un buen aliado a la hora de mejorar nuestro bienestar emocional y social. El psicólogo clínico Antonio Gata destaca que los juegos de mesa ponen a prueba la capacidad de niños, adolescentes y también adultos a la hora de solucionar problemas, tomar decisiones, gestionar la frustración y lidiar con errores. De hecho, los juegos de mesa sirven para trabajar todas las áreas de aprendizaje sin que prácticamente nos demos cuenta. De una forma u otra, niños y adultos desarrollamos nuestras capacidades cognitiva, afectiva, social y psicomotriz durante cada partida.

Disfrutar de partidas en compañía nos permitirá desconectar de las pantallas y estrechar lazos con nuestros seres queridos. El trabajo, la escuela o las obligaciones del día a día pueden suponer un obstáculo a la hora de pasar tiempo con las personas que más nos importan. Los más pequeños socializan jugando, así que sentarse a jugar alrededor de una mesa puede ser una propuesta atractiva  para ellos. Se trata de una opción que no necesita demasiada planificación y que puede comportar grandes beneficios. Además de fortalecer las conexiones sociales, cada participante tiene la oportunidad de trabajar la memoria, la lógica y el razonamiento, además de fomentar la capacidad de concentración durante un breve período de tiempo.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en España hay más de medio millón de personas que sufren demencia, una cifra que podría superar el millón en el año 2050 si tenemos en cuenta las últimas estimaciones. Varios estudios confirman que participar en sesiones de juegos de mesa puede retrasar el avance del deterioro cognitivo. Un estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia encontró que el riesgo de demencia era un 15 % menor en los jugadores de juegos de mesa que en el resto de personas no jugadoras durante un período de 20 años, concluyendo que las actividades de ocio estimulantes se consideran posibles factores protectores contra la demencia y el deterioro cognitivo.

 

El gran beneficio de los juegos de mesa

Por otro lado, muchos juegos ponen a prueba los procesos de pensamiento creativo y analítico, activando ambos hemisferios del cerebro. Incluso el simple hecho de aprender las reglas y jugar un juego nuevo puede ayudar a que la mente se fortalezca, según la Universidad Estatal de Connecticut Central. Este impulso de la capacidad intelectual también lo confirma un estudio de la Universidad de Wisconsin-Madison, en el que los participantes que tomaron parte en actividades cognitivas, como juegos de cartas, mostraban un mayor volumen cerebral, en regiones específicas, en comparación con el resto de participantes que jugaron menos o a ningún juego.

La variedad de opciones dentro del universo de los juegos de mesa hace que cada persona pueda encontrar temáticas y mecánicas con las que se sienta más a gusto. Más allá de las propuestas clásicas (ajedrez, naipes, Scrabble, Risk, Monopoly, etc.) el sector ha vivido una auténtica revolución en los últimos años que ha traído centenares de títulos nuevos a las estanterías de las tiendas especializadas. Una pequeña victoria del cartón y la madera en la era del auge de la tecnología.

 

El juego que lo cambió todo

 

En 1995 se publicó un juego que marcó un antes y un después: Catan. Con más de 22 millones de copias vendidas en todo el mundo a día de hoy, este juego se ha traducido a más de 35 idiomas y ya lleva publicadas más de 40 expansiones y ediciones especiales... Incluso se han comercializado calcetines, camisetas y peluches del juego.

Detrás del éxito de Catan se encuentra Klaus Teuber, un técnico dental que trabajaba en una consulta a las afueras de Darmstadt. Amante de los juegos de mesa y de la literatura fantástica, pensó en un ingenioso sistema de losetas hexagonales que, una vez unidas, formaban el tablero. 

Cada una de esas losetas mostraba un paisaje distinto en el que los jugadores podían recolectar recursos: de los bosques, madera; de las minas, piedra; de los cerros, arcilla; de los pastos, lana de las ovejas; y de los campos de cereal, trigo. Con estos recursos, los jugadores construyen caminos, asentamientos, ciudades y distintas formas de desarrollo en el que la cooperación y la negociación entre rivales es fundamental. Todo ello con el objetivo de alcanzar 10 puntos de victoria.

Catan fue un éxito comercial y cultural. El diseño de Klaus Teuber se convirtió en la punta de lanza del denominado juego de mesa moderno, reflejo de la sociedad del final del siglo XX y el inicio del XXI. Una explosión de creatividad, tanto en las mecánicas de juego como en el arte que las decora, que seduce a millones de personas en todo el mundo.

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