Eugeni Saigí Grau. Jefe del Servicio de Oncología de Assistència Sanitària.
“El cáncer es una enfermedad que repercute de forma muy importante en la vida de una persona, incluso en aquellas que se curan”
“Conseguir que el proceso se haga de la mejor manera y tener un equipo lo más humano posible” son los dos objetivos principales que persigue el doctor Saigí en la planta de Oncología del Hospital de Barcelona. Se formó en esta especialidad y empezó su recorrido como responsable de planta en el Hospital de Granollers. Posteriormente fue director de Oncología en el Hospital Universitario del Parc Taulí de Sabadell mientras, paralelamente, empezaba a trabajar con Assistència Sanitària. En la actualidad, coordina el Servicio de Oncología de Assistència, ubicado en el Hospital de Barcelona, un proyecto −destaca en varias ocasiones− que se ha especializado profundamente en el paciente con programas personalizados, un centro de día y terapia individualizada para cubrir todas las necesidades más allá del diagnóstico.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), de la cual es miembro, estima que en 2040 aumentarán en un 50% los casos de cáncer respecto a la actualidad. ¿Cuál es la situación actual del cáncer?
En el presente, el cáncer aumenta por varias razones: una es porque vivimos más años; en el fondo, el mecanismo por el cual una célula se transforma y se puede convertir en una célula neoplásica, o tumoral, es porque al largo del tiempo va acumulando errores en su proceso de división. Estos errores acumulados llega un momento que dan lugar a la aparición de una transformación de la célula, que pierde las características de división y substitución acopladas al orden biológico natural, y es cuando aparece un tumor maligno. Si vives más tiempo, tienes más probabilidades de que estos errores se acumulen. Esto por un lado; pero por el otro, también influyen los hábitos de vida, la exposición a substancias tóxicas que podrían ayudar a la aparición de cáncer, la contaminación ambiental y todos aquellos factores externos que hacen que en un momento determinado y en una determinada estructura molecular y genética, una persona expuesta pueda desarrollar uno también.
¿Cuál es el porcentaje de arbitrariedad en el cáncer, entonces?
Depende del tipo de factor que consideremos. Sabemos que, por ejemplo, la dieta es un factor que puede intervenir en un 30% de los cánceres, sobre todo de tipo digestivo, y los hábitos relacionados con el tabaco se relacionan directamente con el cáncer de pulmón o de vejiga. Por tanto, hay ciertos factores que intervienen de forma muy concreta en ciertos tumores o cánceres, teniendo en cuenta que no es una única enfermedad, sino un conjunto de múltiples enfermedades que tienen mecanismos de desarrollo y de génesis totalmente distintos. Además, cada vez la selección es más específica incluso en las variables de un mismo cáncer. En la actualidad, cuando hablamos de un cáncer de mama triple negativo, en el que la genética juega un papel importante, lo relacionamos de una manera y con unos factores etiológicos muy diferentes al cáncer de mama tipo luminal, más relacionado con personas que ya han pasado por la maternidad, de edad más avanzada, etc.
En la consulta, ¿cómo se trabaja con el concepto de la muerte y el miedo a morir?
Por mala suerte no tenemos un manual de pasos para tratar el tema de la muerte. Cada persona es diferente y saber su grado de necesidad es la clave para poder ayudarles. En cualquiera de los casos, generar un espacio de comunicación es imprescindible porque hay veces que tanto la familia como el paciente no se atreven a expresar sus dudas. Tiene que haber una capacidad para poder gestionar estos espacios de diálogo e incidir en las preocupaciones que se tengan. Y esto, está claro, lo que requiere es mucha mano izquierda, transparencia y visión para crear estos espacios a tiempo.
¿Qué preguntas temen hacer los pacientes y que son necesarias?
La de “cuánto tiempo me queda vida” es la primera que me viene a la cabeza. Pero no es tan importante el hecho de preguntarla como la respuesta que se obtenga de ella. Quiero decir: el paciente la hará con la intención de que la respuesta sea “no te preocupes, ya iremos viendo”, y no para que le digas que “te quedan tres meses de vida”. El hecho de que tú, como profesional, tengas una información, te responsabiliza en su uso. Tienes que procurar no solo que sea veraz en su totalidad, sino que realmente aporte alguna cosa al paciente. La gestión de la información es complicada, y aunque en ningún caso deberíamos mentir, la realidad tiene muchos matices.
Imagino que una pregunta que puede surgir después de recuperarse es “¿por qué yo sí y otro no?”...
Es cierto que la probabilidad de recaída pasados los primeros cinco años es más baja, y por tanto el paciente se tranquiliza mucho después de este periodo. Las consultas se alargan, pasan a ser anuales, y en un momento determinado se les puede incluso dar el alta. Pero también es cierto que una persona que ha pasado un cáncer y se ha curado tiene estadísticamente más probabilidades de sufrir un segundo que una persona que no ha tenido nunca uno, por su composición genética. Pero, en cualquier caso, siempre queda una ventana abierta para volver a la consulta, porque son muchas las preocupaciones y dudas que pueden ir surgiendo por el camino y no tendría sentido no tener acceso para hablarlo.
Aparte del trabajo centrado en el médico, ¿en qué otros aspectos se puede incidir en el sistema médico oncológico para hacerlo más efectivo?
Investigación, prevención y atención, junto con los aspectos sociales relacionados con este campo. El cáncer es una enfermedad que repercute de forma muy importante en la vida de una persona, incluso en aquellas que se curan. Si has pasado un cáncer y vas al banco a pedir un préstamo para comprar un piso puedes padecer una situación de discriminación. Es necesario un trabajo desde las organizaciones gubernamentales para ofrecer propuestas legales que no dificulten, por ejemplo, la incorporación laboral de estas personas. Y no solo eso: que tengas al alcance recursos para tratar las consecuencias físicas y psicológicas de las terapias específicas que el cáncer representa, porque a veces tienen dificultades para poder asumirlas. Esto incluye el soporte psicológico adecuado, también, y cuidar la educación del profesional que trata directamente con el paciente, y aquí hablo particularmente de enfermería, que tiene un papel fundamental en la atención al enfermo de cáncer. Estos serían los imprescindibles.