Médicos, escritores y artistas
El arte ha reflejdo el trabajo de los profesionales de la medicina en numerosas esculturas, pinturas y novelas a lo largo de los últimos milenios, desde Egipto al cine del siglo XX.
Los artistas han representado a los médicos en sus creaciones desde hace milenios. Las primeras obras están vinculadas a los mitos y son dioses y semidioses griegos que practican la medicina, como Apolo, el dios de la curación, o el centauro Quirón, hijo de Cronos que enseña su ciencia a Asclepio, hijo de Apolo. Precisamente, es Asclepio quien dará su principal emblema a la medicina al ser representado con un báculo ceñido por una serpiente.
También la mitología egipcia tiene sus médicos. Como el célebre Imhotep, que se representa en numerosas esculturas, o Merit Ptah, la primera mujer conocida que se dedicó a la medicina entre los siglos XXVII y XXV a.C. y que vemos representada en una tumba de la necrópolis de Saqqara, recuerda Juan Frau en su libro La imagen del médico en el arte y la literatura (Casimiro, 2016). Más adelante, en la Edad Media, cuando la religión copaba todos los ámbitos artísticos, los médicos quedaron relegados a los manuscritos iluminados o a los grabados de volúmenes científicos. Todos, excepto Cosme y Damián, Hermíone de Efeso o Ciro de Alejandría que, además de médicos, fueron también santos y mártires del cristianismo.
Tenemos que esperar hasta el final de la Edad Media para encontrar pinturas con escenas de la vida cotidiana donde se reflejan diferentes oficios, también el de médico. En los grabados de los siglos XV y XVI ya encontramos reproducciones de doctores anónimos en diferentes circunstancias y actitudes, como es el caso de los grabados para el De officiis, de Cicerón, obra que efectuó Hans Weiditz en el año 1531.
De héroe a villano
Chéjov, Baroja y Bulgákov vertieron su experiencia como médicos en sus novelas, mientras que Mann, Céline y Camus los convirtieron en protagonistas o secundarios de lujo
Sin embargo, la profesión no entró de lleno en la literatura hasta el siglo XIX, cuando se consolidó la novela. El médico es un héroe, un hombre de acción que representa el progreso científico. Así es Tertius Lydgate, el protagonista de Middlemarch, una novela publicada por entregas entre 1871 y 1872, escrita por George Eliot. También son honestos y nobles los personajes creados por Flaubert, Chéjov, Zola o Stevenson. Merece un aparte el llamado médico de espuela, presente en las novelas realistas del siglo XIX. Son los médicos rurales que aparecen en numerosos grabados, héroes que protagonizan novelas como Le médecin de champagne (1833) de Balzac. Y no es de extrañar ya que muchos de estos médicos fueron también escritores que sintieron la necesidad de transmitir sus experiencias, como Antón Chéjov y Felipe Trigo, o Pío Baroja y Mijail Bulgákov ya en el siglo XX. Otros médicos célebres de la literatura con una vertiente más intelectual, existencialista y desencantada fueron Ferdinand Bardamu, de Céline, y Bernard Rieux, narrador de The Plague, de Albert Camus.
Pero el médico no siempre ha sido el héroe en la literatura. En la Edad Media era representado por su ineptitud y avaricia en las cantigas de escarnio de la lírica galaico-portuguesa; y en los siglos XVI y XVII Tirso de Molina, Lope de Vega, Góngora, Cervantes o Quevedo acentúan esta visión satírica del médico. Baltasar Gracián dice de ellos que nadie puede hablar bien o mal de los médicos, “no antes de ponerse en sus manos, porque aún no tiene experiencia: no después, porque no tiene ya vida”. También la Commedia dell’Arte se burla de los médicos con figuras como Balanzone o Baloardo, que se caracterizan por su pedantería y verborrea.
Por otra parte, y relacionado con la medicina, hay dos enfermedades que han ocupado cientos de páginas de novelas: la sífilis y la tuberculosis, que se asocian a contextos de aire libertino y marginal. Esta última desarrolló en la elite cultural un aura de misterio y fascinación, según apunta Juan Frau, y tuvo su obra cumbre en La montaña mágica, de Thomas Mann.
Médicos y amigos
Los pintores también supieron reflejar el mundo de la medicina y sus protagonistas. Del siglo XVI es la obra de El Bosco La extracción de la piedra de la locura. Siglos después encontramos a Pablo Picasso y su óleo Ciencia y caridad, de 1897, o el Autorretrato con el doctor Arrieta (1820) de Francisco Goya. Sorolla, Rembrandt y Monet también plasmaron sobre el lienzo a médicos, amigos y conocidos. Como Toulouse-Lautrec, que en la serie de retratos sobre cartón de 1891 pintó a dos doctores: Henri Bourges y Gaston Bonnefoy. O Vincent van Gogh y su célebre retrato de Paul Gachet, que pintó durante las semanas previas a su muerte en el verano de 1890. Gachet fue médico y amigo de pintores como Renoir, Cézanne, Pissarro o Monet.
Con la evolución de los medios de comunicación, los médicos han seguido presentes en las pequeñas y grandes pantallas con películas míticas como el Doctor Zhivago, basada en una novela de Borís Pasternak, publicada en 1957 en Italia y en 1988 en la antigua URSS, y series ya clásicas como M*A*S*H.
La medicina en la pantalla
1. En 1995 el productor y director de cine Wolfgang Petersen estrenó ‘Estallido’. Protagonizada por Dustin Hoffman, Rene Russo y Morgan Freeman, relata la llegada a EEUU de un virus mortal llamado ‘motaba’ desde el interior de África y que se propaga por todo el país. Robin Cook, el autor de la novela en que se basaba ‘Estallido’ se había inspirado en los virus de la variedad de fiebres hemorrágicas como el dengue o el ébola. Este último asoló África en 2014 y llegó a España en octubre del mismo año.
2. ‘M*A*S*H’ es quizás la serie más vista de la televisión. En 1970 se estrenó como película con Donald Shuterland, Elliott Gould y Robert Duvall y se basaba en un libro homónimo, publicado el 1968 y escrito por tres médicos del ejército que habían servido en la guerra de Corea. Unos años después, Gene Reynolds lo trasladó a la pequeña pantalla con un gran éxito, gracias a la profesionalidad de actores como Alan Alda, Wayne Rogers y McLean Stevenson, recuerdan Carlos Aitor Yuste y Jon Arrizabalaga en su libro ‘Eso no estaba en mi libro de Historia de la Medicina’ (Libros en el Bolsillo, 2020).
3. ‘House’, protagonizada por el actor británico Hugh Laurie, ha sido todo un éxito internacional. Creada por Paul Attanasio, se basaba en una columna titulada “Diagnóstico” que publicaba la doctora Lisa Sanders en ‘The New York Times’. Sanders, a partir de un caso de síntomas atípicos, descubría la enfermedad y su remedio. Gracias a esta serie, Laurie se convirtió en uno de los actores más conocidos y mejor pagados del momento.