Filatelia, o el arte de homenajear a la historia y la cultura

Filatelia, o el arte de homenajear a la historia y la cultura

Desde el lanzamiento del Penny Black, en 1840, hasta ahora, los sellos postales han evolucionado hasta convertirse en objeto de coleccionistas.

POR Àngela Zorrilla | 14 Junio 2024

Era el año 1840. En el Reino Unido, Rowland Hill  inventó el que sería el primer sello postal para comprobar el pago de un envío seguro. Con el tiempo, los sellos adoptaron una simbología especial que los han convertido, desde hace décadas, en auténticos objetos de coleccionista. Los filatélicos, amantes de coleccionar sellos, tienen una infinidad de oportunidades.

Es cierto que, con las nuevas tecnologías, hoy es más común enviar un correo electrónico que no una postal o una carta por correo. Pero la pasión por los sellos sigue intacta. Los expertos en filatelia calculan que, en el mundo, existen cerca de 50 millones de coleccionistas de sellos postales. Muchos de ellos van detrás de aquellos que tienen alguna rareza o error de fabricación porque, tal como sucede con las monedas o los billetes, esto los revalorizará en el mercado. 

 

Más allá de acumular sellos

La filatelia, además de una afición muy popular, es una manera de rendir homenaje a las culturas pasadas y a la historia. Existen sellos que honran a políticos y escritores, o que recuerdan fechas claves para el porvenir de países. Se trata, por lo tanto, de ir más allá del hecho de acumular sellos. La mayoría de los coleccionistas investigan la historia de cada uno de sus tesoros: estudian su diseño, emisión, impresión y el contexto, y buscan, a su vez, rarezas que puedan aumentar su valor. 


Ante la cantidad de opciones, el primer paso antes de empezar una colección de sellos es definir si se quieren sellos nuevos o usados. Es cierto que hay quien lleva a cabo colecciones mixtas, pero los expertos en filatelia lo desaconsejan. Lo más difícil de encontrar suele ser el sello usado. Requerirá más tiempo y no será tan sencillo de localizar. En cambio, hacerse con un sello nuevo es más sencillo y, generalmente, estos alcanzan una mayor revalorización. 


Las colecciones por países o las temáticas suelen ser habituales. En el primer caso, se recogen y adquieren sellos de países de diferentes épocas. Los más fáciles de completar son países que hace pocos años que son independientes; en cambio, reunir una colección completa de países como Francia, España o Gran Bretaña es muy difícil… y costoso. Por su parte, las colecciones temáticas también están en auge y permiten escoger un motivo concreto, como aviones, flores, animales, bodas reales…
 

Intercambio y grupos de coleccionistas

Para saber si un sello es apto o no para ampliar una colección, los expertos en filatelia analizan, entre otros aspectos, la integridad del papel o si este papel está doblado, rasgado o roto. También es importante que los sellos postales no presenten marcas por hongos ni manchas, generalmente de color marrón, producto de la oxidación. 


Hay coleccionistas que buscan, finalmente, un rendimiento económico a su recopilación. La mayoría de los sellos no tienen gran valor, pero se aconseja consultar los catálogos o sitios web especializados para determinar su valúa. Para conocer a otros coleccionistas e, incluso, para intercambiar sellos, los grupos de coleccionistas son perfectos. Pueden ser presenciales o foros online. Estos clubes de filatelia son excelentes oportunidades, igual que ferias o exposiciones, para conocer a otros aficionados a los sellos postales y amantes de la filatelia. 


 

Cuatro de los sellos más raros y cotizados del mundo

 

  1. Z Grill: Este sello de Benjamin Franklin data de 1868 y es uno de los más valiosos de Estados Unidos. Solo existen dos ejemplares en el mundo y está incluido en el catálogo de sellos más raros del mundo. 
  2. Los misioneros de Hawái: En el año 1849, el gobierno hawaiano creó su primera oficina de correos. Diez años más tarde, lanzó los primeros sellos postales, que usaban los misioneros. En un inicio valían 2, 5 y 13 céntimos. En 2015, una de estas estampas se vendió por 125.000 euros. 
  3. Sellos Los Mauricios: Creados en la colonia británica, tienen una peculiaridad. En una tirada de 500 unidades que salió en 1847, aparece el texto Post Office. Un año más tarde, este texto se cambió por Post Paid, y este error los convirtió en uno de los sellos más buscados. En 1993, se pagaron 4 millones de dólares por estas piezas. 
  4. Inverted Jenny: Un error de imprenta, en 1918, convirtió a estos sellos estadounidenses en únicos. Solo se vendió una hoja de 100 sellos que costaban 24 centavos cada uno. En la actualidad, el más reciente comprador pagó más de 2 millones de euros por él, en una subasta en Nueva York. 
     

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