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Versión cefálica externa o cómo dar la vuelta a un bebé que viene de nalgas
Te contamos en qué consiste esta maniobra, por qué se realiza y todo lo que tienes que saber antes de someterte a una versión cefálica externa.
La versión cefálica externa (VCE) es una maniobra obstétrica diseñada para corregir la posición del feto alrededor de la semana 37 de gestación. Este procedimiento se emplea cuando el bebé está en una posición podálica, comúnmente conocida como de nalgas. El objetivo de la VCE es girar al feto, de forma externa, para que adopte una posición cefálica (de cabeza).
En la mayoría de los embarazos, el feto se coloca de manera natural con la cabeza hacia abajo semanas antes del parto, concretamente, entre la semana 32 y la 36 de gestación. Sin embargo, la presentación podálica ocurre en aproximadamente el 3% de los casos. Esto puede deberse a diversos factores, entre los que se encuentran la prematuridad, posibles alteraciones en la pelvis, exceso de volumen del líquido amniótico, placenta previa o embarazo múltiple, entre otros.
En caso de que un feto presente una posición podálica pasada la semana 37, la opción más común es realizar una cesárea programada, para reducir las complicaciones obstétricas que se han observado durante un parto vaginal en esta posición. Sin embargo, aunque la cesárea es una intervención relativamente segura, no está exenta de riesgos. Esto se debe a que, en términos generales, puede presentar más complicaciones que un parto vaginal, ya que, al tratarse de una intervención quirúrgica, no solo tiene un mayor tiempo de recuperación y un ingreso más largo en el hospital, sino que también aumenta el riesgo de infección y de padecer anemia.
La versión cefálica externa es una gran alternativa para corregir la posición del feto y poder optar por un parto vaginal, siempre y cuando el equipo médico apruebe su viabilidad teniendo en cuenta factores como la salud de la madre y el feto, la edad gestacional y el tamaño y la posición exacta del mismo. Es importante considerar que en algunos casos esta maniobra está contraindicada, por ejemplo, cuando ha habido un parto previo por cesárea, hay presencia de sangrado vaginal o se observan varias vueltas de cordón.
¿Cómo se realiza la VCE?
La versión cefálica externa se lleva a cabo mediante la aplicación de presión controlada en ciertas áreas del abdomen de la madre, guiando al feto para que adopte la posición cefálica. Antes de la maniobra, se realizan análisis de sangre y una ecografía, para evaluar la salud tanto de la madre como del bebé. También se administran un calmante y un medicamento para relajar el útero, lo que facilita la manipulación.
Durante todo el proceso, el equipo médico monitoriza de forma continua el latido cardíaco del feto y su posición, garantizando la seguridad de ambos. Aunque la maniobra puede resultar incómoda, la mayoría de las mujeres no la describen como dolorosa. Actualmente, el éxito de la VCE varía entre el 35% y el 86%, con una media aproximada del 50%.
¿Es una maniobra segura?
La versión cefálica externa se considera una maniobra segura. Según datos del Hospital Universitario Quirón Salud, la tasa de cesáreas de emergencia asociadas al procedimiento es baja, entre el 0,35% y el 2%, y el riesgo de mortalidad fetal es ínfimo, oscilando entre el 0,02% y el 0,8%. Aunque las complicaciones son poco frecuentes, pueden darse en casos aislados: se estima que en el 5% de los procedimientos puede producirse la rotura de la bolsa amniótica y en 1 de cada 1.000 casos existe riesgo de desprendimiento de placenta, según informa el Hospital Universitario de Henares. La complicación más común, que afecta al 7% de los casos, es que el bebé vuelva a girarse y retome la posición podálica tras haber sido colocado correctamente. En este caso se podría intentar una segunda versión. Pese a estos riesgos, la VCE sigue siendo una opción segura.
En definitiva, la versión cefálica externa es una maniobra segura e indolora que tiene como objetivo girar a un bebé en posición podálica para facilitar el parto vaginal y minimizar los riesgos de este. El obstetra evaluará si es posible realizar una VCE evaluando el estado de la madre y el feto, y descartando que existan anomalías que puedan poner en riesgo a cualquiera de los dos.