Salud visual: un problema a la vista de todos
La Organización Mundial de la Salud estima que por lo menos 2.200 millones de personas en el mundo padecen una deficiencia visual, siendo la miopía la enfermedad en cabeza.
La vista es nuestro sentido más dominante y juega un papel fundamental en nuestras vidas. Sin embargo, los malos hábitos, sumados a una falta de recursos en los países menos desarrollados, han puesto la salud visual en el punto de mira de la OMS, que arroja un dato escalofriante: la mitad de los casos de deficiencia visual en el mundo se podrían haber evitado.
Se trata de una crisis de salud pública desconocida por muchos, pero de grandes repercusiones y envergadura. Si la tendencia actual continúa, los expertos auguran que en 2050 la mitad de la población verá borroso a causa de la miopía. Una “epidemia” que se ceba especialmente con los más jóvenes: en España, una investigación dirigida por Miguel Ángel Sánchez y Cristina Álvarez, profesores e investigadores del Departamento de Optometría y Visión de la Universidad Complutense de Madrid, prevé que en 2030 el 30% de los niños de entre cinco y siete años serán miopes.
Por otro lado, casi todas las personas que llegan a la edad adulta sufren algún tipo de enfermedad ocular durante su vida. Estas dolencias se pueden dividir en dos grupos: aquellas que causan deficiencia visual y aquellas que afectan al ojo, pero no a nuestra visión.
Una sociedad expuesta
Entre los factores tradicionales de riesgo que aumentan la posibilidad de padecer una o más de estas enfermedades se encuentran la edad, la genética, el tabaquismo y una mala alimentación, entre otros.
Sin embargo, la sobreexposición a las pantallas –un mal de los tiempos modernos– ha sumado una nueva amenaza sin precedentes para nuestra vista. Esto se debe a que los ojos humanos no están diseñados para enfocar la vista en pantallas tan pequeñas y cercanas como la de nuestro móvil o tableta, ya que este sobreesfuerzo disminuye el parpadeo de forma significativa produciendo picor de ojos, cansancio ocular y un aumento de los errores de refracción. Este trastorno se conoce como el Síndrome Visual Informático (SVI) y según el Institut Català de Retina afecta a siete de cada diez personas.
¿Cómo podemos mejorar nuestra salud visual?
Para mitigar los efectos de las pantallas, los expertos recomiendan estar al menos a 30 cm del móvil o tableta, además de reducir nuestro uso de estos dispositivos en gran medida, sobre todo en el caso de los niños. Además, debemos colocar la pantalla por debajo de la altura de los ojos, evitar los reflejos, cerciorarnos de estar en una posición ergonómica y apartar la mirada cada 20 minutos durante 20 segundos, en los que cerraremos los ojos de forma consciente.
En definitiva, debemos ser proactivos en el cuidado de nuestra salud visual y acudir al oftalmólogo ante la aparición de cualquier síntoma. Es muy importante no saltarse las revisiones periódicas, ya que serán los profesionales quienes nos pauten los pasos a seguir y que nos alerten si nuestra visión se ha visto deteriorada o si existe algún trastorno que requiera el uso de gafas o un tratamiento adicional.