Dr. Roberto Gallego-Pinazo, oftalmólogo del Servicio de Oftalmología en el Hospital IMED Valencia.
“La excelencia en el diagnóstico de los problemas de salud ocular pasa por la tecnificación de la asistencia”
La evolución de la oftalmología en el ámbito del diagnóstico y el terapéutico ha sido arrolladora en las últimas décadas. Actualmente es una de las especialidades médicas que mayor evolución ha tenido a lo largo de las dos últimas décadas. La implantación de las nuevas tecnologías en su día a día está aportando nuevas herramientas, por ejemplo, para la monitorización de patologías oculares, que mejoran los diagnósticos y tratamientos de los pacientes.
El papel del óptico, optometrista y oftalmólogo ha ido transformándose en el de un experto en salud, pero también asesor.
El desempeño de las tareas relacionadas con el cuidado de la salud ocular por parte de ópticos y optometristas, supervisados y en colaboración con médicos oftalmólogos, aporta un valor añadido de proximidad, inmediatez y de atención integral al paciente. Ambas profesiones están reconocidas por la Ley Orgánica de Salud como profesionales sanitarios, pero bien es cierto que los ópticos-optometristas no están habilitados ni legitimados para establecer diagnósticos ni proponer tratamientos para enfermedades oculares. Por ello, la integración y colaboración de ambos perfiles pasa por ser imperativa y evitar así problemas innecesarios y confusiones. Esta línea de colaboración conjunta busca que el mayor beneficiado sea, en todos los casos, el paciente.
Las nuevas tecnologías juegan a favor de la detección precoz. ¿Qué técnicas o instrumentales destacaría en este sentido?
El principal avance en la detección precoz de enfermedades oculares lo representa la tomografía de coherencia óptica (OCT), un sistema de diagnóstico que hace uso del comportamiento de la luz al entrar en el ojo y rebotar en sus estructuras hacia fuera. Permite identificar cualquier cambio estructural mucho tiempo antes de que exista incluso una enfermedad como tal. Además, se han descrito múltiples enfermedades, sobre todo neurológicas, en las que los cambios en las estructuras en el ojo pueden detectarse con esta prueba y adelantar su diagnóstico. Por otro lado, la tecnología Angio-OCT sin contraste permite, en pacientes con diabetes, observar los cambios de estructura vascular de la mácula mucho tiempo antes de que existan signos relacionados con la afectación de la retina.
Robótica, 3D... ¿en qué punto de innovación se encuentra su sector?
La cirugía ocular está evolucionando de una manera tremendamente rápida. Actualmente existen sistemas de visualización en 3D —a partir de pantallas externas— para llevar a cabo operaciones, como la de cataratas, con una visualización mejorada por parte del cirujano y del personal asistente a la operación. Esta visión tridimensional aporta un valor añadido al operar bajo la luz de un microscopio. Los métodos robóticos están en desarrollo, y ya existen publicaciones científicas que empiezan a demostrar el valor del sistema robótico para asistir al cirujano.
Se ha probado incluso, en Kenia, una app para realizar un examen visual a través del móvil.
Sí, pero no es necesario irse a países en vías de desarrollo para conocer la enorme valía de estas aplicaciones en el móvil para realizar autoexámenes. Hay determinadas regiones en España en las que la población tiene serias dificultades para acudir de manera regular a los centros médicos. Por eso, el desarrollo de técnicas que puedan permitir al paciente tener en sus dispositivos domésticos herramientas que monitoricen sus cambios visuales es una gran ayuda para la prevención de enfermedades. Con esto, además, se conseguirá que el paciente acuda al centro de salud cuando realmente deba ser atendido.
¿Cómo cree que será el futuro del sector a nivel tecnológico?
La inteligencia artificial (IA) ya es una realidad. De hecho ya permite, con el simple hecho de tomar una fotografía del fondo de ojo, conocer el género, la edad, los factores de riesgo o la presencia o no de enfermedades en un paciente. Es un enorme avance. Pese a lo que muchos consideran, la IA no va a relevar al propio médico, sino que se va a convertir en un apoyo para homogeneizar criterios y en una ayuda vital para agilizar los tiempos de consulta. Paralelamente, a escala tecnológica, la oftalmología es una de las especialidades médicas que más está evolucionando en este campo. En los centros sanitarios se observan infinidad de nuevos sistemas diagnósticos. Cada vez más. Al final, considero que la excelencia en el diagnóstico de los problemas de salud ocular pasa por la tecnificación de la asistencia. Disponemos de elementos y herramientas diagnósticas muy recientes que nos ayudan, de manera exclusiva, a saber si hay algo patológico o no en el nervio óptico, en la retina… del paciente.
¿Cuál es la enfermedad ocular más común en España?
En España, la más frecuente es la pérdida de visión irreversible debido a la degeneración macular relacionada con la edad. Su frecuencia, además, crece exponencialmente a partir de los 65 años primero y luego a partir de los 80. Por otro lado, las cataratas también constituyen otra causa muy frecuente de pérdida de visión. En este caso, es reversible gracias a las operaciones. Finalmente, debemos hablar de la miopía, llamada magna, superior a las seis o siete dioptrías, que puede provocar cambios en la retina. Pero también del preocupante aumento de la miopía más común entre la población más joven. Este colectivo está habituando a su vista a trabajar en distancias muy reducidas, por ejemplo al usar la tableta o el móvil.
Y ¿cómo pueden los ciudadanos rebajar la incidencia de estas patologías?
En enfermedades como la degeneración macular asociada a la edad lo más importante es hacer revisiones con el especialista en oftalmología para ver si hay cambios incipientes o riesgos que nos puedan hacer mejorar. Y, en líneas generales, hay tres pilares básicos que deben adoptarse como nuevos hábitos: abandonar el tabaco —está asociado a la aparición de cataratas u otras patologías—; llevar una dieta sana y saludable —la mediterránea reduce la degeneración macular—, y pasar más tiempo fuera de casa para reducir los problemas de miopía, siempre protegiendo adecuadamente a los ojos de la luz del sol.
¿Quién es?
El Dr. Gallego-Pinazo es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia. Gallego-Pinazo empezó su residencia en Oftalmología en 2004. Desde entonces, no ha dejado de formarse. Es doctor en Medicina por la Facultad de Medicina y Odontología y su pasión ha sido reconocida, entre otros, con el Premio Arruga y el Premio J. Fernando Arévalo a la mejor trayectoria de investigadores menores de 40 años en el ámbito nacional y latinoamericano.