Todo lo que sabemos sobre el alzhéimer

Todo lo que sabemos sobre el alzhéimer

Es la forma más común de demencia, y muy probablemente conozcas a alguien que padece o padeció esta enfermedad. Estos son algunos de los descubrimientos que se han realizado en la comprensión de sus síntomas, fases y tratamientos.

POR Joan Miquel Mas Salom | 10 Septiembre 2024

Alois Alzheimer la describió por primera vez en 1906 y desde entonces lleva su nombre. Un extraño honor que nos sirve hoy en día para referirnos a la enfermedad neurodegenerativa más común, que representa entre el 60% y el 80% de los casos de demencia en todo el mundo. Su característica principal es la acumulación de placas amiloides y ovillos neurofibrilares en el cerebro, los cuales interfieren con la comunicación neuronal, deteriorando la memoria y otras actividades cognitivas.

 

Síntomas previos

Debido al carácter progresivo de la enfermedad, sus síntomas varían a lo largo del tiempo, dependiendo de la fase de la enfermedad en la que se encuentre. Al mismo tiempo, podemos detectar distintas fases previas en las que ya se pueden observar síntomas, por lo que su descubrimiento ha sido clave para poder detectar la enfermedad y empezar a tratarla antes de que sea demasiado tarde.

Esta primera etapa de detección podría dividirse en dos fases, la fase preclínica y la fase de deterioro cognitivo leve (MCI). Estudios como los realizados por Sperling et al. (2011)  para la fase preclínica y los de Petersen et al. (1999)  para el deterioro cognitivo leve han permitido identificar biomarcadores para detectar esta enfermedad de forma temprana. Al mismo tiempo, se ha descubierto que las personas con un deterioro cognitivo leve no siempre acaban desarrollando Alzheimer, aunque tienen un mayor riesgo.

 

Fases de la enfermedad

Una vez pasadas estas etapas, entramos en la enfermedad en sí. Según la etapa en la que nos encontremos, podríamos observar distintos síntomas, desde la pérdida puntual de memoria hasta la dependencia absoluta. Así pues, debemos dividir la enfermedad entre una fase inicial, una fase moderada y, finalmente, una fase avanzada.

En la fase inicial encontramos los primeros signos, que incluyen pérdida de memoria reciente, dificultad para encontrar palabras y cambios en el humor y la personalidad. En este momento, las personas pueden tener problemas para realizar tareas cotidianas que antes realizaban sin dificultad. Sin embargo, pese a las dificultades, aún tienen capacidad para tener cierta autonomía.

Sin embargo, a medida que avanza la enfermedad y entramos en la fase moderada, los síntomas se vuelven más pronunciados. Los afectados pueden olvidar información importante, como su dirección o el nombre de familiares cercanos. En este punto es común que se pierdan en lugares conocidos y que necesiten ayuda con las actividades diarias.

Progresivamente, los pacientes requerirán más asistencia, hasta que en las etapas finales se vuelven completamente dependientes. La comunicación verbal se ve gravemente afectada, y puede haber también pérdida de movilidad y control sobre funciones básicas del cuerpo. La memoria a largo plazo también se deteriora.


En búsqueda de una cura

A pesar de conocerse desde hace más de un siglo y haberse estudiado en profundidad, en la actualidad no existe una cura para el Alzhéimer. Aun así, se han descubierto tratamientos que pueden aliviar algunos de sus síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En el ámbito farmacológico, existen ciertos medicamentos que, si bien no detienen la progresión de la enfermedad, pueden ayudar a mejorar la función cognitiva y la conducta. Entre los medicamentos aprobados para tratar los síntomas del Alzhéimer, se encuentran los inhibidores de la colinesterasa, como el donepezilo, rivastigmina o galantamina, y la memantina.

Sin embargo, cabe destacar también los tratamientos no farmacológicos, como las terapias cognitivas-conductuales, la estimulación cognitiva y la terapia ocupacional. A través de estas terapias, tal como se ha demostrado, se puede conseguir una mejora muy significativa de la calidad de vida de los pacientes.

En este campo, además, cabe destacar que se han logrado notables avances en Catalunya. A escala estatal, destaca el trabajo del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), cuyas investigaciones abarcan desde la genética del Alzheimer hasta nuevas dianas terapéuticas. Y, en el ámbito internacional, también se han realizado progresos significativos en la comprensión del Alzheimer. Investigaciones como las de Selkoe (2012 ) han profundizado en la patogénesis molecular de la enfermedad, mientras que ensayos clínicos globales están explorando nuevas opciones terapéuticas, incluyendo inmunoterapias dirigidas a las placas amiloides y los ovillos tau.

En resumen, el Alzheimer sigue siendo un desafío médico y científico de enormes proporciones. Si bien se han podido conseguir ciertos avances en su tratamiento y detección, la búsqueda de una cura sigue sin dar los frutos esperados. Tan solo queda seguir trabajando.

 

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