Maleta y sombrero

Una vez de vuelta, ¡atentos a cualquier síntoma!

Planificar bien un viaje y tomar las adecuadas medidas de prevención pueden reducir considerablemente el riesgo de sufrir problemas de salud. Pero no siempre es suficiente. Uno de cada diez viajeros que han visitado un país tropical regresa con algún problema de salud.

Más allá de la llamada depresión posvacacional, o de problemas menores como una ampolla tras largas excursiones o la picada puntual de una medusa, hay ciertos riesgos algo más graves para la salud una vez disfrutadas las vacaciones. Por norma general, con una buena planificación y tomando las medidas correspondientes durante el viaje, se van a poder prevenir muchos problemas de salud. Sobre todo los relacionados con dolores musculares, dolores de cabeza, picaduras de insectos, mareos, etc. Aunque no siempre es posible y, a veces, los problemas de salud pueden llegar a ser más preocupantes. En función, sobre todo, del destino y estilo de viaje, las probabilidades de regresar a casa y haber contraído algún tipo de enfermedad aumentan. Son lo que los expertos llaman enfermedades importadas. De hecho uno de cada diez viajeros que visita un país tropical regresa con algún problema de salud tras el viaje, según las estadísticas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. En este sentido, lo más habitual es que “las enfermedades se presenten durante el viaje, o bien durante los primeros días tras la vuelta de las vacaciones”, explica Guillermo Mena Pinilla, especialista en medicina preventiva y salud pública y responsable de la Consulta del Viajero en Hospital HLA Internacional de Barcelona. Sin embargo, cuenta que no son pocas las enfermedades que “pueden dar la cara tras semanas, incluso meses, de vuelta del viaje”. La malaria, la rabia o varias enfermedades transmisibles del tracto digestivo son ejemplo de estas patologías que pueden manifestarse de forma tardía.

Además, hay que tener en cuenta que los viajeros son mucho más susceptibles a padecer en el destino o importar enfermedades contra las cuales, a diferencia de la población local de países poco desarrollados o tropicales, no se tiene inmunidad. Si al regresar, la persona se encuentra indispuesta también debe tener en mente los períodos de incubación de las diferentes enfermedades infecciosas. Cada patología tiene sus propios tiempos y deben conocerse, aunque hay casos complejos. Por ejemplo, la malaria tiene un periodo de incubación de corto a largo. Es muy variable. También sucede con la tuberculosis, que suele tener un periodo lento, de más de 21 días, pero que también puede presentar excepciones e incubarse muchos días antes. 

 

Examinar cada malestar

Por todo esto, es importante realizar un examen médico si, tras volver de viaje, se tiene fiebre, diarrea persistente, vómitos, alteraciones urinarias, enfermedades de la piel o infecciones genitales. De hecho, Mena añade que “ante cualquier síntoma de enfermedad importada hay que acudir a los servicios médicos, especificando el destino que se ha visitado y los riesgos a los que se ha estado expuesto”. El especialista recuerda que, en muchas ocasiones, estos síntomas “son inespecíficos” y que, generalmente, suelen ser fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, cansancio o diarrea. En caso de duda, remarca, “es importante consultar siempre a los servicios sanitarios”. Finalmente, esta revisión médica también se aconseja a personas con enfermedades crónicas cardiovasculares, diabetes, problemas respiratorios, etc.

 

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