Beneficios de la recuperación activa en el entrenamiento

Beneficios de la recuperación activa en el entrenamiento

Frente al reposo absoluto, la recuperación activa ofrece beneficios fisiológicos que mejoran la oxigenación muscular, reducen la inflamación y acortan el tiempo de recuperación.

POR Marta Burgués | 06 Octubre 2025

A quienes entrenan con regularidad, sean atletas de élite o bien amantes del fitness, los días de descanso suelen generar una sensación ambivalente. Por un lado, el cuerpo necesita reponerse y parar; y por otro, existe la inquietud de que no hacer ejercicio signifique perder la forma física que tanto ha costado. Es aquí donde entra en juego un concepto revolucionario que ha cambiado la forma de entender el descanso: la recuperación activa. Lejos de ser una contradicción, esta práctica se ha consolidado como la pieza clave para progresar de manera más inteligente, eficiente y sostenible en el entrenamiento.  

Contrario a la creencia popular, el descanso no significa inmovilidad absoluta. La recuperación activa consiste en realizar actividades físicas de muy baja intensidad e impacto durante los días libres de entrenamiento "duro". El objetivo no es sumar más estrés al organismo, sino estimular el flujo sanguíneo para facilitar la reparación muscular, reducir la sensación de fatiga y acortar los tiempos de recuperación. Es el puente perfecto que permite al cuerpo repararse mientras se mantiene la movilidad.  

 

La eficacia de la recuperación activa 

La ciencia detrás de la recuperación activa establece que, tras un entrenamiento, los músculos acumulan metabolitos de desecho, como el lactato, y sufren microrroturas fibrilares, que son las responsables del dolor muscular de aparición tardía (agujetas).   

El reposo completo permite que el cuerpo las repare, pero de forma más lenta. Al realizar un movimiento suave, promueve la circulación sanguínea, que actúa como un servicio de reparto y recogida de basura: lleva nutrientes y oxígeno fresco a los músculos dañados y se lleva los productos de desecho para su eliminación. Este proceso acelera significativamente la reconstrucción de los tejidos, disminuye la inflamación y alivia la rigidez.  

Con la recuperación activa, los beneficios no son solo físicos, sino también mentales. Mantenerse activo de forma ligera libera endorfinas, las hormonas del bienestar, que mejoran el estado de ánimo y combaten la sensación de estancamiento o frustración que a veces acompaña a los días de inactividad forzosa. Integrar la recuperación activa en la rutina es, en esencia, aprender a escuchar al cuerpo y responder dándole justo lo que necesita.  

Prácticas para incorporar la recuperación activa en tu rutina

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