Doctor Antonio Mingorance

Hablamos con el Dr. Antonio Mingorance, presidente de Bidafarma, una empresa de economía social sanitaria que agrupa a doce cooperativas de distintas regiones

“Cualquier persona debe tener acceso al mismo tratamiento”

POR Enric Ros | 14 Abril 2025

¿Cómo empezó el modelo de las cooperativas farmacéuticas en España?

En este país contamos con una red de 22.000 farmacias, que son esenciales para garantizar la equidad en el acceso a los medicamentos. Para hacer que esto fuera posible, se crearon las cooperativas farmacéuticas, y la primera fue la de Cataluña, que nació en 1929. Después vino la sevillana, en 1930, y la granadina, al año siguiente.
 

¿Cuál es la misión de la asociación que usted preside?

Bidafarma es el resultado de la unión de doce coopera- tivas de distintas regiones que se han puesto de acuerdo para crear sinergias, ser eficientes y servir mejor al paciente. Nuestro modelo no busca sacar beneficios ni repartir dividendos, sino asegurar el servicio. Por eso, siempre reinvertimos lo que ganamos, con la intención de ser más eficientes. Actualmente, proporcionamos fármacos a unas diez mil farmacias hasta dos veces por día, basándonos en un modelo solidario. Esto nos permite abastecer a pueblos que tienen menos de 200 habitantes con los medicamentos que necesitan en cada momento. Somos una empresa que siempre antepone los intereses de la sociedad a cualquier otra motivación. Así ha sido desde nuestra fundación.
 

¿Qué aportan los farmacéuticos a la sociedad?

Todos tenemos claro que sin ciencia no hay futuro. La investigación es fundamental y también lo es la conexión con la industria, pero siempre debemos tener claro que al final de todo este proceso están las necesidades del paciente. Cada día pasan por las farmacias de nuestro país unos 2,5 millones de personas que esperan encontrar soluciones a sus problemas de salud. Los farmacéuticos nos encargamos de custodiar las medicinas necesarias para ello, y también de proporcionar la debida atención a los ciudadanos. Los medicamentos son una tecnología muy compleja, y el especialista en su manejo es el farmacéutico.
 

¿Qué servicios puede proporcionarnos el trato con el farmacéutico?

Siempre digo que es muy importante hacer un uso racional de los fármacos, y también un “uso racional” del propio farmacéutico. Debemos ser capaces de acudir a estos profesionales formados que se encargarán de escucharnos y darnos buenos consejos siempre que sea preciso. Su labor tiene un indudable valor social y humanitario. En muchas ocasiones, los farmacéuticos terminan proporcionando apoyo a personas que viven situaciones difíciles como la soledad o que padecen problemas graves, como la violencia de género, que precisan de una primera orientación sobre qué hacer o dónde dirigirse. Médicos y farmacéuticos compartimos la misma tabla de valores. Esto se hizo especialmente patente durante la pandemia de la COVID -19. En esa época los farmacéuticos colaboramos intensamente en todo lo que pudimos, distribuyendo vacunas y mascarillas de modo totalmente gratuito. También estamos especialmente satisfechos de haber conseguido logros como la receta electrónica, que permitió que, en esos momentos difíciles, se pudieran dispensar medicamentos sin que fuera necesario que el paciente acudiera al centro de salud.
 

¿Qué opina del sistema de salud español?

Los farmacéuticos estamos firmemente comprometidos con nuestro sistema de salud. Creemos que merece la pena cuidarlo, mimarlo y defenderlo. Tenemos la convicción de que las cooperativas son una buena forma de hacerlo, pero también debemos asegurar que todos los profesionales, especialmente los que están en pequeñas poblaciones, puedan salir adelante con este sistema.
 

¿Cómo ha cambiado en los últimos años la farmacología?

La farmacología y la medicina han vivido una revolución en muchos aspectos, como las terapias de modificación genética o las nuevas formas de combatir enfermedades como la obesidad, la diabetes, el ictus, el colesterol, etc. Esto tiene una inevitable repercusión en la sostenibilidad de los sistemas de salud. Al mismo tiempo, no podemos renunciar a algo muy importante: cualquier persona debe tener acceso al mismo tratamiento, independientemente de su posición social y económica. La universalidad en los tratamientos que aseguran nuestra salud es esencial porque todos podemos llegar a enfermar en algún momento. Esta es la esencia de nuestro trabajo.

 

Dr. Antonio Mingorance 

Licenciado en Farmacia, óptico y especialista en análisis clínicos, actualmente es presidente de Bidafarma y del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF).
 

 

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