Dr. Ignacio Orce, presidente de ASSISTÈNCIA SANITÀRIA

"Debemos reivindicar la entrega incondicional de los sanitarios"

La sanidad privada ha participado de forma decisiva y exitosa en la lucha contra el Covid-19. Hablamos con el presidente de ASC para analizar cómo se afrontó la crisis.

Echando la vista atrás. ¿Cuál considera que fue el gran error durante la crisis provocada por el Covid-19?

Una situación inédita como la que hemos vivido es sumamente compleja en todos los sentidos y, desde la distancia, todos hubiéramos hecho algunas cosas de un modo distinto. Quizás podríamos haber gestionado de forma más eficaz la previsión, los recursos invertidos (sobre todo en los geriátricos) o la comunicación, pero no cabe duda de que la voluntad de hacer todo lo posible para superar la crisis ha sido manifiesta. Es destacable la responsabilidad que en general ha demostrado la ciudadanía y debemos insistir en una buena educación sanitaria que evite conductas incívicas que favorezcan la propagación del virus. Como ejemplo de cooperativismo sanitario, desde la humildad, creemos que fomentar el respeto y la solidaridad hacia los demás es siempre una buena decisión.

¿Y el mayor acierto para lograr revertir la grave situación causada?

La colaboración ha sido buena entre los sanitarios, profesionales muy bien preparados. Hemos visto que el trabajo en equipo multiplicaba las posibilidades de éxito en la atención y el tratamiento para cada caso y no han sido pocos los médicos que, sin importar su especialidad, han ayudado en lo que han podido: cirujanas pasando consulta en la unidad de seguimiento Covid-19, pediatras jubilados informando telefónicamente a familias de pacientes… Debemos reivindicar la entrega incondicional de un colectivo que a veces incluso ha visto comprometida su seguridad. En definitiva, el mayor acierto ha sido ponernos en manos del criterio profesional y trabajar codo con codo.

¿Cómo ha actuado su cooperativa de salud respecto a otro tipo de organizaciones sanitarias privadas? ¿En qué se ha diferenciado?

Somos una organización formada por profesionales de la salud, controlada por una cooperativa de médicos, y en una situación de excepcionalidad como la que hemos vivido cobra sentido el juramento hipocrático de prestar atención a quien lo necesite proporcionando servicios plenos a las personas, por delante de cualquier otro criterio o interés. No lo hacemos con reservas porque la salud es nuestro oficio, nuestra responsabilidad.

¿Cuál ha sido la actuación de Assistència Sanitària para responder a esta crisis? 

Como respuesta al coronavirus, Assistència Sanitària puso en marcha un protocolo de atención telefónica gratuita abierto a la población asegurada o no de la entidad (que recibió alrededor de 6.000 llamadas), reprogramó o aplazó acciones no estratégicas, reforzó el apoyo comunicativo y aprobó la flexibilización del pago de recibos para personas con caídas de ingresos. Asimismo, se adhirió al fondo sectorial de 38 millones de euros para proteger al personal sanitario, desarrolló un programa de colaboración para el mantenimiento de las consultas médicas damnificadas por la inactividad e incrementó la coordinación con la salud pública para evitar su colapso, entre otras medidas para minimizar el impacto de la pandemia en el conjunto de la sociedad. En el Hospital de Barcelona, nuestro centro de referencia, atendimos a 600 pacientes de Covid-19 en tan solo 50 días.

¿Cómo valora la colaboración entre la sanidad pública y la sanidad privada para afrontar la emergencia sanitaria? ¿Ha sido efectiva? 

La colaboración público-privada se ha planteado abiertamente, pero podría haber sido mejor porque el sistema sanitario privado está preparado para actuar en primera línea. Assistència Sanitària ha estado en constante interlocución y cooperación con el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya y con el resto de autoridades sanitarias del país para ayudar a evitar el colapso de los recursos sanitarios públicos. Hoy por hoy, la sanidad privada debe considerarse como una reserva estratégica en caso de rebrote.

El personal sanitario ha sido uno de los grupos más afectados por la crisis. ¿Cómo valora su actuación y respuesta? 

El personal sanitario ha demostrado su vocación de servicio. A pesar del riesgo para su propia salud y de unas condiciones laborales mejorables, han dado lo mejor de sí mismos. Han trabajado juntos, como un equipo, alineados con un mismo objetivo para dar la mejor respuesta a la sociedad. Los sanitarios se han entendido muy bien, han dado ejemplo. 

Como presidente de un pequeño sistema sanitario que constituye Assistència Sanitària, ¿qué hubiera hecho diferente?

Quizás algunas medidas que ya pusimos en marcha en los primeros estadios de la pandemia se podrían haber adelantado unos días, pero preferimos dar un paso firme tras haber probado su efectividad. Hemos intentado poner todo por nuestra parte para paliar los efectos del coronavirus. Por suerte, hemos podido mantener la actividad asistencial más urgente sin llegar a una situación crítica.

¿Qué aprendizaje deja esta crisis y que desafíos cree que deberemos afrontar?

Desde el punto de vista humano, destacaría la toma de conciencia del valor de las relaciones entre personas y la importancia de estar cerca de nuestros seres queridos, especialmente de los más vulnerables. Desde el punto de vista de la gestión, se demuestra que el criterio experto es el válido para resolver los problemas con eficacia y garantías de éxito. Y desde el punto de vista médico y social, me quedo con el reconocimiento espontáneo de la sociedad a la labor de los profesionales sanitarios, los múltiples homenajes y agradecimientos a los profesionales que en muchos casos han luchado sin descanso por salvarnos la vida jugándose la suya. El reto es conseguir que esa conciencia permanezca y todos reconozcamos el papel que el médico desempeña en nuestras vidas.

¿Estaremos preparados ante un posible rebrote?

Hemos puesto todo de nuestra parte para que así sea. Desde el pasado mes de enero, los equipos de expertos de la comisión de enfermedades infecciosas del Hospital de Barcelona han profundizado en el estudio del virus y se han impartido distintas sesiones formativas. Siguiendo la previsión epidemiológica, adoptaremos las medidas necesarias para absorber con garantías los futuros casos de Covid-19. La respuesta dependerá de las características de ese hipotético rebrote, pero los médicos seguiremos estando ahí.

¿Cómo prevé que será la atención sanitaria en el futuro? ¿Permanecerán para siempre algunos cambios provocados por el Covid-19?

Vivimos en un mundo cambiante, en evolución, que después del Covid-19 deberá reinventarse para quizás no volver a ser como lo conocíamos. Para el sistema sanitario ha sido, sin duda, el mayor desafío de las últimas décadas, una amenaza para la sociedad y la economía. La distancia física necesaria para evitar el contagio ha introducido robots en los hospitales y ha hecho aumentar a mayor ritmo las consultas a través de la red y la telemedicina, pero también hemos constatado que el papel del profesional sanitario recupera un justo reconocimiento y la supervisión humana es irreemplazable. Lo hemos visto en las UCI, en las que muchos pacientes no pudieron agarrar la mano de sus familiares y, en su lugar, las enfermeras los acompañaron. Los cambios en la atención sanitaria que veremos en el futuro pasarán por hacerla más accesible y cercana a las personas.
 

 

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