Yoshitomo Nara y el arte que imita a la vida

Yoshitomo Nara y el arte que imita a la vida

La primera gran exposición europea dedicada a este icono del arte contemporáneo nipón recorre sus últimas cuatro décadas de trayectoria y ha sido concebida expresamente para el espacio del Museo Guggenheim de Bilbao.

POR Salomé Lagares | 26 Septiembre 2024

Cuando Yoshitomo Nara nació en Hirosaki en 1959, aterrizó en un universo a punto de atravesar una transformación radical. Igual que muchos países occidentales, el Japón de los años sesenta y setenta —en el que Nara creció— experimentó un fuerte boom económico, un despertar de las conciencias progresistas y el cambio social y, cada vez más influido por las potencias anglosajonas, un creciente interés por la cultura popular global y el desarrollo de una propia. 

 

Primeros pasos de Yoshitomo Nara

A pesar de que el espíritu de la era fomentaba la apertura, la interconexión y el forjado de comunidades, la infancia de Nara estuvo marcada por una gran sensación de aislamiento. La cultura y el arte, especialmente la música folk y blues importada desde Estados Unidos, Inglaterra e Irlanda, se convirtieron para él no en representaciones simbólicas del mundo, sino en auténticos portales hacia él. Así, sus primeras y más impactantes impresiones de la realidad estuvieron mediadas por la emocionalidad exaltada de estas formas, por su introspección, melancolía y a menudo disidencia, sentimientos intensificados por la incomprensión del idioma y la necesidad de interpretarlos exclusivamente desde su sensibilidad sensorial.     

Más adelante, tras graduarse en la Universidad de las Artes de la prefectura de Aichi, estas emociones formativas vehicularían la obra de juventud de Nara, y ya no la abandonarían jamás. Después de visitar Europa en un par de ocasiones durante los ochenta, lo que le sirvió para familiarizarse y nutrirse de su tradición pictórica y sus corrientes vanguardistas, el artista decidió trasladarse a Alemania, donde la sensación de aislamiento regresó por su desconocimiento de la lengua. 

 

Estudio Nara expuesto en el museo

 

La música resurgió entonces como gran fuente de inspiración, esta vez a través de la actitud irreverente del punk y la new wave. De ahí brotan las célebres figuras de Nara: personajes de rasgos exagerados, emotivos y ampliamente reconocibles que destilan sus visiones y pulsiones más íntimas, y que lo han convertido en uno de los principales exponentes del arte contemporáneo (japonés y en general), respetado por la crítica y adorado por el público a partes iguales. 

En su estilo casi caricaturesco y su imaginario cercano a lo infantil permea un aura de nostalgia inescapable, pero también un carácter mordaz —ambos pilares de su obra y moldeados durante su trayectoria por distintas experiencias vitales y eventos como la concatenación de catástrofes que asolaron Japón en 2011, que consolidaron su compromiso con el activismo y los proyectos comunitarios.   

 

Una exposición concebida para el Guggenheim

Ahora, el Museo Guggenheim de Bilbao ha comisariado la primera gran retrospectiva europea de Nara: una exposición concebida expresamente para este espacio que abarca los últimos 40 años de producción del artista, desde 1984 hasta la actualidad. Organizado de manera temática según el criterio del propio Nara, el recorrido invita a indagar en su proceso creativo, explorando los vínculos entre su interioridad, sus inspiraciones y sus piezas. 

Además, esta estructura permite apreciar la simbología recurrente y los diferentes leitmotivs que Nara ha incorporado a su trabajo a lo largo de las décadas (elementos como la casa de tejado rojo, la caja o el charco), y observar su evolución como artista plástico a través de pinturas, esculturas y dibujos tan célebres como Sleepless Night (Sitting), que retrata a un niño disfrazado de perro sentado sobre un taburete, o Too Young to Die, donde una niña aparece fumando un cigarro con una mueca de desafío.  

 

dos caricaturas de Nara

 

La exposición puede visitarse en Bilbao hasta el 3 de noviembre, y posteriormente se trasladará al Museo Frieder Burda de Baden-Baden (Alemania) y a la Hayward Gallery de Londres. Pero, si no tienes oportunidad de ir a ver la muestra en persona, puedes disfrutarla de manera virtual a través de la web del Museo Guggenheim. Haz clic en este enlace para acceder a la visita virtual de la exposición en la web  del Museo Guggenheim de Bilbao.

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