Cambio de estación. ¿Quién debe estar alerta?
La cabeza, el cuello, las manos y los pies son las zonas del cuerpo que se enfrían con mayor facilidad
La bajada de temperaturas y pasar más tiempo en espacios cerrados favorecen la aparición de resfriados, gripes y otras infecciones respiratorias que, además, pueden complicar otras patologías ya existentes. Por lo tanto, es importante tomar medidas para evitar estas enfermedades típicas de los meses más fríos del año, sobre todo si hablamos de la población de riesgo. Y es que, aunque toda persona puede enfermar, las mayores de 65 años, mujeres embarazadas, bebés y niños pequeños, personas sin hogar o enfermos crónicos tienen más probabilidades o bien de padecer una de estas patologías estacionales o bien de que esta se complique en un problema de salud de mayor gravedad.
Los más pequeños
Durante el invierno, los virus afectan mucho a los niños y bebés porque aún no tienen un sistema inmunológico desarrollado completamente, además de que respiran por la boca y usan las manos para jugar. Por eso, cuando aparece algún síntoma de resfriado u otra enfermedad respiratoria, es importante evitar llevarlos a la escuela o guardería para no favorecer la propagación de los virus. También se aconseja no pasar con ellos mucho tiempo en lugares cerrados como los centros comerciales. Los niños más propensos a sufrir enfermedades respiratorias durante el invierno son los prematuros, los asmáticos o con antecedentes de asma en la familia y los alérgicos.
Los más mayores
En cuanto a las personas mayores de 65 años, hay que estar muy atentos a su estado de salud y asegurarse de que estén en las estancias más calurosas de la casa. Otra manera de ayudar a las personas mayores a entrar en calor es incluir platos calientes en su dieta habitual, como sopas o caldos, que les aporten calorías y eviten la deshidratación. Vacunarse contra la gripe es también una gran medida preventiva. Cuando salgan a la calle, deben abrigarse bien y protegerse el cuello.
Las mujeres embarazadas
La mayor circulación de virus en invierno puede afectar bastante a las embarazadas. Es importante que las mujeres con hipertensión arterial –provocada por la gestación o acentuada estos meses− se cuiden de exponerse al frío. En una embarazada la presión debe ser, aproximadamente, 120/80. Si sube, hay que estar alerta y consultar con el médico. Además, este grupo de riesgo no debe estar en contacto con personas enfermas y los demás deben evitar al máximo fumar delante de ellas. También es recomendable que se vacunen de la gripe.
Los enfermos crónicos o inmunodeprimidos
Para capear el frío y las posibles infecciones respiratorias −que, en enfermos crónicos, pueden derivar en graves problemas de salud− deben vacunarse y protegerse especialmente la cabeza, el cuello, los pies y las manos. Son las zonas del cuerpo que se enfrían antes por la pérdida de calor. Además, cuando el termómetro cae en picado es siempre mejor abrigarse con varias capas de ropa que con una sola, aunque esta sea gruesa. Así se forman bolsas de aire caliente que aíslan el organismo del frío. El humo del tabaco y el exceso de vapor en las cocinas también afecta a quienes padecen alguna enfermedad respiratoria o cardíaca crónica.