El futuro de nuestra piel

El futuro de nuestra piel

Los dermatólogos disponen actualmente de diferentes herramientas digitales que pueden ser de utilidad en su práctica, porque ayudan a optimizar el tiempo, a evitar errores o a agilizar la comunicación. 

La dermatología, al igual que otras muchas especializaciones de la medicina, ha ido evolucionando estos 20 años. “Disponemos de técnicas nuevas como la ecografía cutánea, la terapia fotodinámica, o grandes avances en dermatoscopia digital; y de un arsenal terapéutico más amplio con nuevos fármacos biológicos en psoriasis, dermatitis atópica…”, explica la doctora Cristina Pérez, dermatóloga del Centro Médico HLA Toledo. Además, los avances en cirugía son muy completos y se conoce más a fondo la fisiopatología de muchas enfermedades cutáneas.

La teledermatología (TD), por ejemplo, representa uno de los usos más habituales de la telemedicina, y España ha sido uno de los países que más la ha desarrollado en los últimos años. Pero también destacan las apps, wearables y otras herramientas digitales para ofrecer lo mejor a los pacientes. Por ejemplo: un paciente que, gracias a la aplicación FotoSkin (app gratuita orientada al paciente para permitirle realizar un autocontrol fotográfico de sus lunares), acudió a su dermatólogo por un lunar nuevo que le había aparecido y resultó ser un melanoma en fase precoz. El paciente fue intervenido gracias a su diagnóstico precoz. El simple gesto de autofotografiar y autovigilarse los lunares por parte del paciente ha demostrado ser una medida muy útil para el diagnóstico precoz del melanoma.

Asimismo, las técnicas con láser ya son las grandes protagonistas en las consultas dermatológicas. Los expertos vaticinan que el futuro de esta especialidad médica consistirá en implantar la realidad aumentada o la inteligencia artificial (IA) en sus procesos. Se estima que el mercado de la realidad aumentada en salud alcanzará los 76.000 millones de dólares en 2030 o que el mercado global para la IA pasará de los 1.300 millones de dólares actuales a los 10.000 millones para 2024. “La inteligencia artificial potenciará la capacidad diagnóstica y terapéutica del dermatólogo en todos los ámbitos”, opina la Dra. Pérez. Estos avances serán, por lo tanto, de gran ayuda en el diagnóstico precoz en uno de los grandes retos de la dermatología: erradicar el cáncer de piel.

“El futuro de la dermatología es prometedor –finaliza la dermatóloga del HLA de Toledo– y un horizonte apasionante” en el que los protagonistas serán los nuevos fármacos, el mayor control de enfermedades crónicas, novedosas herramientas para diagnósticos y tratamientos o avances tecnológicos que harán de la dermatología una disciplina esencial en el bienestar y la salud de las personas. 

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