Programa eco lavavajillas: ¿cómo funciona?

Electrodomésticos y programas 'eco': ¿cómo funcionan para ser más sostenibles?

Ahorro y sostenibilidad. Todos deberíamos buscar eso en un electrodoméstico, y los programas eco parecen ser la solución. ¿Cómo funcionan y por qué son la mejor opción para tu hogar?

POR Joan Miquel Mas Salom | 29 Noviembre 2024

El encarecimiento de la factura de la luz y el aumento de la conciencia ambiental han hecho que los consumidores busquemos alternativas más sostenibles para nuestras tareas diarias. Entre estas soluciones encontramos los programas eco, que desde hace años se incorporan en electrodomésticos de todo tipo. Al estar diseñados para minimizar el uso de recursos como energía y agua, esos programas no solo ayudan al medio ambiente, sino que también representan un ahorro económico significativo. Sin embargo, no todo el mundo conoce cómo funcionan, por lo que a menudo generan rechazo o desconfianza.


¿Qué hace diferentes a los programas eco?


La principal función de los programas eco es optimizar los recursos utilizados durante el funcionamiento de los electrodomésticos. A diferencia de los ciclos convencionales, emplean temperaturas más bajas y ciclos más largos que garantizan una limpieza o rendimiento eficiente con menor consumo. En lavadoras y lavavajillas, por ejemplo, se reduce el calentamiento del agua, que representa hasta el 90% del consumo de energía en un ciclo estándar. 
 
Gracias a este enfoque, se obtienen unos resultados comparables a los programas tradicionales, pero con un menor impacto ambiental. En electrodomésticos como hornos o microondas, los modos eco ajustan la temperatura y el tiempo de funcionamiento para optimizar el consumo sin comprometer la calidad del cocinado. Además de esto, el modo eco también contribuye a alargar la vida útil de los dispositivos, reduciendo el estrés en sus componentes.
 
Aun así, esos programas tienen algunas limitaciones. En el caso de las lavadoras, al ser más lentos y operar a temperaturas más bajas, los programas eco son menos efectivos para eliminar manchas difíciles o residuos acumulados. Es por eso por lo que se recomienda su uso cuando no se requiere un rendimiento intensivo.


¿Cuáles son sus principales beneficios?

 
El principal beneficio de los programas eco es el ahorro económico. Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), esos programas pueden reducir el consumo energético en un 33% y el de agua en un 36% respecto a los ciclos estándar, equivaliendo a un ahorro de hasta 30 euros al año por electrodoméstico. Además, su funcionamiento más suave disminuye el desgaste de las piezas internas, prolongando su vida útil y reduciendo los costes de mantenimiento a largo plazo.
 
Por otra parte, desde una perspectiva ecológica, los programas eco son fundamentales para reducir la huella de carbono y el consumo de agua. Puesto que la mayoría de la energía que consumimos procede de fuentes no renovables, al consumir menos se contribuye a la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero. Además, en un contexto de escasez hídrica, adoptar esos programas puede marcar una diferencia significativa.

 

Un paso más allá en el consumo sostenible


 Pero más allá de los beneficios visibles, la utilización de esos programas también contribuye a que adoptemos hábitos más sostenibles. Por ejemplo, si utilizamos detergentes ecológicos adaptados a bajas temperaturas, optimizaremos el rendimiento de esos ciclos sin necesidad de productos químicos agresivos, minimizando la contaminación del agua residual. Además, protegeremos tejidos y utensilios, que podrían dañarse con más facilidad con programas más agresivos. Alargando la vida útil de la ropa y los utensilios disminuiremos su consumo, por lo que indirectamente contribuiremos a un modelo de producción menos dañino para el medio ambiente. 
 
En definitiva, el equilibrio entre sostenibilidad, ahorro y rendimiento que ofrecen esos programas puede marcar una gran diferencia tanto en términos económicos como ambientales. Si bien a veces pueden ser más incómodos, debido a su mayor duración y, por lo tanto, no siempre compatibles con un estilo de vida acelerado, incorporarlos en nuestras rutinas diarias es un paso necesario para un futuro más verde y sostenible.
 

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