Los beneficios de cantar en público
Desde su aparición en Japón en 1982, el karaoke se ha consolidado como una excelente opción de ocio nocturno que además aporta beneficios a la salud. Cantar es una acción desestresante, que disminuye la ansiedad, la presión arterial y libera endorfinas.
De origen japonés, el término ‘karaoke’ significa literalmente ‘orquesta vacía’, es decir, música sin ninguna pista vocal. Reconocido como un fenómeno social y una forma de ocio muy divertida, esta práctica consiste en poner voz a una melodía mientras se sigue la letra que aparece en pantalla. Un bar de karaoke es un espacio en el que, sepamos o no la canción, tengamos un don para el canto o un mal oído, pasaremos un buen rato y, además, aportaremos beneficios a nuestro cuerpo sin darnos cuenta.
Cantar es una acción desestresante, que disminuye la ansiedad, la presión arterial y el cortisol y libera una mayor cantidad de endorfinas, conocidas popularmente como las 'hormonas de la felicidad'. A nivel físico, el karaoke mejora y facilita la respiración, puesto que usamos todo el cuerpo al colocarnos delante del micrófono. El diafragma y los pulmones se ensanchan y los músculos abdominales se relajan, favoreciendo la entrada y salida de aire.
A menudo la elección de nuestro tema no es arbitraria, sino que nos traslada a un momento concreto o, simplemente, nos gusta mucho como suena. Al cantar una melodía conocida conectamos con nuestros recuerdos y emociones, fomentando la actividad neuronal; mientras que si no tenemos noción de la letra, debemos hacer un esfuerzo para seguir el ritmo y así estimulamos nuestro cerebro. Con decenas de inputs en escasos segundos, el órgano que lidera nuestro comportamiento se pone a funcionar y activa los mecanismos necesarios para el aprendizaje, la memoria y la concentración.
Más allá de lo físico
Entonar unas notas delante de una multitud expectante asustaría a cualquiera, pero el ambiente de las salas de karaoke resulta idóneo para dar rienda suelta a nuestros gustos y personalidad.
Subir al escenario no se convierte en un motivo de agobio, sino en una manera de disfrutar y construir confianza en uno mismo. En el instante en que dejamos de lado la vergüenza e incrementamos el tono de voz, generamos una sensación de seguridad que facilita la socialización. La gente percibirá al cantante como un individuo abierto y festivo, atrayendo la posibilidad de conocer otras personas y formar nuevos círculos sociales.
Las familias y los grupos de amigos normalmente se reúnen en estos locales para celebrar algún evento especial, pero también podemos acabar en un karaoke como resultado de una velada improvisada que quiere alargarse. Lo que sí está claro, es que elijamos o rechacemos participar en la actuación, seguro reiremos y compartiremos tiempo de calidad con nuestros seres queridos. Porque cantar no es una adicción, pero socializar y sentirnos arropados por el entorno sí.
Los éxitos del karaoke
Cualquiera que haya pisado alguna vez un pub de karaoke, habrá escuchado, sin lugar a dudas, alguno de estos míticos siete temas. 'I will survive', de Gloria Gaynor, fue un himno en las discotecas de los setenta que continúa vivo pasados cuarenta años e infinitas nuevas tendencias. En el panorama global, 'Rehab', de Amy Winehouse, marcó un antes y un después en la industria de la música, así como Britney Spears y su famoso éxito 'Baby one more time' y Madonna con 'Like a Virgin'. Finalmente, otros clásicos infalibles en la cultura de nuestro país son 'Mi gran noche', de Raphael, 'Vivir así es morir de amor', de Camilo Sesto y 'La flaca', compuesta por Jarabe de Palo.