Solomillo Wellington: el plato estrella de la Navidad
¿Quieres sorprender a todos tus comensales esta Navidad? Te enseñamos a preparar un solomillo Wellington en siete pasos, con un sabor y una presentación de diez.
¿Estás pensando ya en tu menú de Nochebuena? Si es así, toma nota, porque este plato no puede faltar en tu mesa este año. El solomillo Wellington es uno de los clásicos de la cocina británica y, aunque el nombre hace referencia a un personaje muy conocido de su historia, su origen no está del todo claro.
Mientras que algunos apuntan a que, efectivamente, Arthur Wellesley, primer duque de Wellington, lo bautizó con su nombre para celebrar sus victorias en la guerra, otros afirman que se trata de un homenaje a sus botas homónimas. Sin embargo, la presencia de foie gras, un producto tradicionalmente francés, parece indicar para muchos que el plato es en realidad una réplica del boeuf en croûte.
Sea cual sea su procedencia, celebramos que esta receta, que obsesiona a chefs de todo el mundo, haya sobrevivido a las diferentes épocas y modas culinarias, y podamos disfrutar de su maravilloso sabor hoy en día. Aunque su elaboración pueda parecer compleja a primera vista, no se trata de un plato difícil de ejecutar. Con estos siete sencillos pasos conseguirás preparar un delicioso solomillo Wellington casero a tu gusto.
Ingredientes
1 kg de solomillo
2 chalotas
400 g de champiñones
60 g foie gras
90 g de jamón serrano
4 cucharadas de mostaza de Dijon
Hojaldre
AOVE
Pimienta negra
Sal
Instrucciones
- Lo primero que haremos será limpiar el solomillo retirando la grasa. En esta receta usaremos una pieza de solomillo grande, pero puedes comprar porciones individuales si lo prefieres. Salpimentamos, sellamos la carne en una sartén y la reservamos. Es importante que la carne sea de calidad, ya que este será el ingrediente estrella del plato. Aconsejamos preparar el solomillo Wellington el mismo día que se vaya a consumir, aunque el relleno lo podemos dejar hecho anteriormente.
- A continuación, empezaremos a preparar la duxelle, un picadillo típico de la gastronomía francesa. Limpiamos los champiñones asegurándonos de que no queden restos de tierra y los picamos finamente. Realizamos el mismo paso con las chalotas. Pochamos ambos en la sartén donde previamente hemos freído la carne, para aprovechar los jugos que haya soltado. Añadimos el paté y acabamos de mezclar bien antes de apagar el fuego. Si lo deseas, puedes agregar brandy o salsa Worcestershire y un poco de nata en este paso, para darle un extra de sabor y jugosidad. Retiramos la duxelle tal como está o la trituramos usando una batidora de mano.
- Lo siguiente que haremos será untar toda la superficie del solomillo con mostaza, utilizando una brocha de cocina. Nosotros recomendamos usar mostaza de Dijon, por su intenso sabor característico.
Una vez hayamos embadurnado bien toda la carne, esparcimos las lonchas de jamón sobre un papel film, calculando una superficie lo suficientemente ancha para que quepa el solomillo, y las untamos con la duxelle que hemos preparado previamente. Si has optado por triturarla, este paso será más fácil. Colocamos el solomillo en el centro y lo enrollamos. Una vez esté compacto, retiramos el papel film.
- Colocamos el solomillo en el centro del hojaldre y lo envolvemos bien, asegurándonos de que no haya aperturas o grietas. Puedes reservar una porción de hojaldre para hacer una trenza de decoración cortando la masa restante en finas tiras, que colocaremos de forma que se crucen. Unta las yemas batidas con un pincel sobre el hojaldre para que se dore con el calor.
- Si te gusta la carne poco hecha, hornea el solomillo durante 20 minutos a 180 ºC; si quieres que esté al punto, déjalo 5-10 minutos más a 190 ºC. ¡Presta mucha atención para que no se te queme el hojaldre!
- Finalmente, recomendamos que repose 30 minutos antes de servir. Y voilà, ¡a disfrutar!
