Un hospital de vanguardia

Algunos centros sanitarios están emprendiendo ya diversos procesos de transformación para hacer frente a los retos que nos aguardan en un futuro próximo en materia de sostenibilidad y economía circular. Un ejemplo de ello lo encontramos en el Hospital de Barcelona, que, entre otras medidas, recientemente ha completado la instalación y puesta en marcha de una serie de paneles solares en la azotea de su emblemático edificio en la avenida Diagonal.  

Tal como explica Álvaro Buenvarón, director de Ingeniería y Servicios Generales del hospital, “esta medida forma parte del compromiso social de la organización para reducir el consumo eléctrico y producir la mayor energía limpia posible”. Lógicamente, el equipamiento de este centro sanitario produce un importante consumo. Al mismo tiempo, la estructura arquitectónica, con poca superficie en la parte superior, y la sombra de los edificios colindantes no facilitaban la optimización de una instalación fotovoltaica.  

Sin embargo, los 290 paneles full black, además de los ocho optimizadores y un inversor, con los que cuentan en la actualidad, han conseguido una eficiencia energética más elevada de lo que a priori cabía prever, además de proporcionar una elegante estética integrada.    

Las auditorías energéticas que han realizado han servido para analizar dónde existen oportunidades de reducir el consumo. A partir de aquí, el hospital ha optado por trabajar con una compañía energética para hacerlas realidad. Como señala Buenvarón, “hemos querido aportar nuestro grano de arena a través de un proyecto importante, que condensa nuestra voluntad de emprender una transición hacia la utilización de fuentes de energía más limpias y renovables”.  

Objetivo: reducir la huella de carbono

A finales del pasado año, el Hospital de Barcelona superó una vez más con éxito la auditoría para renovar su clasificación energética. En esta exhaustiva revisión se abordaron diferentes aspectos, como la refrigeración, la calefacción, el agua caliente o la iluminación en los diferentes espacios. El hospital obtuvo una nota C (en una calificación que va de A a G), con una mejor puntuación que el año anterior.  

La organización está ya trabajando en otras medidas que permitan seguir avanzando en esta dirección. Además de mejorar día a día sus procesos de gestión de residuos, también se han propuesto alargar la vida media de sus equipamientos, buscándoles, cuando sea necesario, nuevos destinos.   

Esto no es todo. Como bien explica Álvaro Buenvarón, director de Ingeniería y Servicios Generales del hospital, actualmente están planificando formas de reaprovechamiento del agua (por ejemplo, reutilizando el agua de condensación de los aires acondicionados y otros equipos, capturándola con redes; o bien estableciendo estrategias para aprovechar las aguas pluviales).   

Tal como confirma el informe corporativo del pasado 2023, algunas medidas ya llevadas a cabo –como la renuncia a regar los jardines con agua de red durante la sequía, la implementación de sistemas de regulación de caudal en los grifos o el cambio a un tipo de jabón que precisa de menos agua para lavar la ropa– han permitido ahorrar unos 6,5 millones de litros.