Glamur lombardo: Ruta por los lagos de Italia
Desde el señorial Lago de Como hasta las misteriosas aguas de Iseo, en esta provincia del norte de Italia se concentran multitud de escenarios naturales únicos.
Aristócratas, estrellas de Hollywood, compositores, célebres escritores y millonarios; desde tiempos de la antigua Roma, cuando los nobles escogieron sus orillas para levantar sus opulentas villas de verano, el lago de Como ha conseguido que todos se rindieran a sus pies.
Es, junto con el Maggiore, el más conocido de los lagos de Lombardía, pero la región italiana esconde otros muchos de una belleza espectacular. Aunque pueden visitarse en transporte público, sin duda la opción más atractiva es embarcarse en una ruta en coche para descubrirlos a nuestro aire y con total flexibilidad.
La Italia más natural
Con aguas que se cuentan entre las más profundas del continente y con los Alpes como telón de fondo, Como está plagado de pueblos y mansiones que han aparecido en la gran pantalla, como Villa del Balbianello, en la pequeña localidad de Lenno, que fue el idílico refugio de la princesa Padmé y Anakin Skywalker en Star Wars: El ataque de los clones, así como el elegante resort en el que se recuperaba James Bond en Casino Royale. El lago de Como fue también escenario de los tejemanejes de George Clooney en Ocean’s Twelve, tanta fascinación provocó el lugar en el actor, que se compró una espectacular villa y se convirtió en uno de sus vecinos más ilustres.
Entre las localidades imprescindibles a orillas del lago destaca la bellísima Bellagio, con casas color pastel, jardines por doquier y empinadas callejuelas plagadas de glamurosas boutiques y lujosos restaurantes. Sus mayores competidoras, en cuanto a elegancia se refiere, son Tremezzo y Varenna; en la primera no hay que dejar de pasear por los espectaculares jardines botánicos de Villa Carlota, que forman parte del circuito de los Grandes Jardines Italianos, mientras que la segunda fascina con sus pintorescas casas de pescadores.
A través de un puente levadizo
Sobre el lago de Garda, el mayor de Italia y uno de los más populares, se adentra una pequeña península donde se encuentra la encantadora Sirmione, a la que se accede mediante un puente levadizo que conduce a la puerta del castillo medieval de Sclaigero. Con sus siempre vibrantes calles, sus casitas de piedra con floridos balcones, su célebre centro termal y las cuevas romanas de Catulo, se ha convertido en un destino turístico de primer orden.
Para los más activos, el mayor de los lagos italianos cuenta con una amplia oferta de propuestas para practicar deportes acuáticos, al igual que el lago Maggiore, que Lombardía comparte con Suiza y la región del Piamonte. En esta última se ubican el mayor atractivo del lago, las exquisitas islas Borromeas, que pueden visitarse con un pase combinado y en las que admiraremos los palacios de estilo barroco y rococó y jardines de estilo inglés con más de dos mil variedades de plantas exóticas.
La fascinante soledad de Monte Isola
Mucho más desconocido y con precios más asequibles es el lago de Iseo, envuelto en una bruma de misterio y con enclaves como un castillo neogótico en el diminuto islote de Loreto. Desde las orillas del lago, un corto trayecto en ferry nos llevará a la solitaria isla de Monte Isola, que cuenta apenas con tres kilómetros de longitud y dos mil habitantes.
Peschiera Maraglio, un antiguo pueblo de pescadores y artesanos, recibe al viajero a esta isla en la que no hay coches: solo el médico, el alcalde y el sacerdote cuentan con uno propio; el resto de los mortales deben ir en pequeños autobuses o en moto. El mejor plan es descubrirla a pie o en bicicleta a través de un recorrido circular asequible para todos los niveles de forma física y, si se desea, alojarse en alguno de los establecimientos con encanto de la isla.
Si viajamos en familia, una buena elección es el lago de Endine, que cuenta con zonas de baño, de barbacoa y mesas de pícnic. Lo rodean verdes colinas en las que se puede practicar senderismo, parapente o bicicleta de montaña para poner la guinda a una escapada perfecta.