
¿Cómo controlar y tratar la incontinencia urinaria?
Entre las causas de la incontinencia urinaria están el debilitamiento del suelo pélvico, cambios hormonales, partos o cirugías pélvicas. Existen métodos eficaces para prevenirla y múltiples tratamientos para controlarla.
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina, una afección que puede incidir directamente en la calidad de vida física, emocional y social de quien la padece. Según Mayo Clinic, aunque ocurre con más frecuencia a medida que las personas envejecen, la incontinencia urinaria no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
Suele ser un problema más común en mujeres mayores de 40 años y en hombres a partir de los 60. Entre sus causas más frecuentes se encuentran el debilitamiento del suelo pélvico, cambios hormonales, partos, cirugías pélvicas, enfermedades neurológicas, infecciones urinarias y ciertos medicamentos. Afortunadamente, existen métodos eficaces para prevenirla y múltiples tratamientos para controlarla.
Tipos de incontinencia urinaria
Existen varias clases de incontinencia urinaria, y es importante identificar cuál se presenta para aplicar el tratamiento adecuado:
- Incontinencia de esfuerzo: se produce al toser, reír, estornudar, hacer ejercicio o levantar peso.
- Incontinencia de urgencia: hay una necesidad repentina e intensa de orinar, difícil de controlar (vejiga hiperactiva).
- Incontinencia mixta: combinación de incontinencia de esfuerzo y de urgencia.
- Incontinencia funcional: la persona no llega a tiempo al baño por limitaciones físicas o mentales (como artritis o demencia).
- Incontinencia por rebosamiento: la vejiga no se vacía completamente y se produce goteo constante de orina.
- Incontinencia total: pérdida completa del control vesical, con escapes constantes.
Causas y mecanismos de la incontinencia urinaria
Las causas pueden ser múltiples y están relacionadas con diferentes factores físicos y funcionales: debilitamiento del suelo pélvico (por partos, envejecimiento, obesidad); alteraciones hormonales (sobre todo en mujeres menopáusicas); trastornos neurológicos (como esclerosis múltiple, Parkinson o lesiones medulares); enfermedades crónicas (como diabetes o insuficiencia cardíaca); obstrucciones urinarias (como cálculos o tumores); infecciones urinarias (que llevan a una irritación de la vejiga); consumo de ciertos medicamentos (especialmente diuréticos o sedantes).
Las consecuencias de la incontinencia urinaria
Si no se trata, puede tener importantes repercusiones en la vida cotidiana:
- Aislamiento social y pérdida de autoestima.
- Irritación o infecciones de la piel por humedad constante.
- Infecciones urinarias recurrentes.
- Trastornos del sueño por necesidad frecuente de orinar durante la noche.
- Ansiedad, depresión o frustración.
- Limitación en las actividades físicas y recreativas.
Tratamientos para la incontinencia urinaria
Existen múltiples tratamientos que se adaptan al tipo y la causa de la afección:
- Medicamentos: antimuscarínicos o betagonistas, indicados principalmente en la incontinencia de urgencia.
- Terapia conductual: incluye entrenamiento vesical y control de horarios para orinar.
- Dispositivos médicos: como pesarios vaginales, catéteres o compresas absorbentes.
- Estimulación eléctrica o terapia láser: para fortalecer la musculatura pélvica.
- Cirugías: colocación de cintas suburetrales, esfínteres artificiales o colposuspensión en casos severos.
- Ejercicios del suelo pélvico: fortalecen los músculos responsables del control urinario.
Consejos para prevenir este problema

Mantener un peso corporal saludable
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El sobrepeso y la obesidad aumentan la presión sobre la vejiga y los músculos pélvicos, lo que puede favorecer la aparición de incontinencia urinaria. Perder peso, aunque sea en pequeñas cantidades, reduce significativamente el riesgo de sufrir este problema.

Evitar el estreñimiento crónico
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Estas sustancias son diuréticas e irritan la vejiga, lo que puede desencadenar urgencia urinaria y aumentar la frecuencia de las micciones. Limitar su ingesta puede ayudar a tener un mejor control de la vejiga.

Reducir el consumo de cafeína, alcohol y bebidas gaseosas
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Los ejercicios de Kegel, por ejemplo, ayudan a fortalecer los músculos del suelo pélvico, que son clave para mantener el control de la vejiga. Se pueden practicar en cualquier momento del día y consisten en contraer y relajar estos músculos de forma repetida. Son especialmente útiles para mujeres después del parto y para hombres tras una cirugía de próstata.

Realizar ejercicios diariamente para ejercitar la vejiga
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Fumar está relacionado con la tos crónica, que ejerce presión constante sobre el suelo pélvico. Además, el tabaco puede afectar negativamente la circulación y la función neuromuscular, lo que empeora los síntomas de incontinencia.

Evitar el tabaquismo
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Buscar ayuda médica a tiempo permite diagnosticar correctamente el tipo de incontinencia y prevenir que el problema avance. No hay que normalizar las pérdidas de orina como parte del envejecimiento.

Consultar si aparecen síntomas
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