¿Qué respiran nuestros pulmones?

¿Qué respiran nuestros pulmones?

El tabaco sigue siendo el principal factor de riesgo para padecer enfermedades respiratorias. Sin embargo, la calidad del aire que respiramos también es un factor perjudicial para nuestra salud pulmonar.

POR Joan Miquel Mas Salom | 24 Mayo 2024

En 1954, el Consejo Médico de Investigación del Reino Unido (MRC), bajo la dirección del doctor Richard Doll, publicó por primera vez un informe relacionando el tabaquismo con enfermedades respiratorias. Después de sesenta años, la sociedad ha aceptado que no hay peor enemigo para nuestros pulmones que los cigarrillos.
 
Aun así, si bien el hábito de fumar es la causa principal de enfermedades respiratorias y de cáncer de pulmón (especialmente en hombres), hay más factores que pueden empeorar nuestra salud pulmonar que deberíamos tener presentes.
 
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) representa la tercera causa principal de muerte en todo el mundo. En España la padece un 2,2% de la población, aunque este número aumenta a más del 10% cuando se trata de hombres mayores de setenta años. Debido al aumento de la población y a la exposición a factores de riesgo, se estima que en el futuro este porcentaje pueda ser mucho mayor.
 

La calidad del aire dentro y fuera de casa

Afortunadamente, la calidad del aire en España es relativamente buena, incluso en sus ciudades más grandes. Solamente la capital, Madrid, se encuentra en la lista de las cien ciudades con mayor contaminación del aire, según el ranking efectuado por la empresa suiza IQAir, ocupando el puesto 53. Queda lejos, así, de otras metrópolis importantes, como Seúl (puesto n.º 8), Tel-Aviv (puesto n.º 11), Shanghái (puesto n.º 14) o Ciudad de México (puesto n.º 15).

 

 

Sin embargo, el aire de las ciudades suele estar cargado de contaminantes atmosféricos en pequeñas cantidades que a la larga pueden llegar a ser muy nocivos. Aunque todo apunta a que ya se superó la época en la que el aire de Madrid y Barcelona contenía pequeñas moléculas de cocaína, otras partículas en suspensión, metales pesados o compuestos orgánicos volátiles producto de la quema de combustibles fósiles y de la actividad industrial siguen presentes en la composición del aire de las ciudades.

Por otra parte, también dentro de casa y en los centros de trabajo es importante mantener las condiciones adecuadas. Ventilar bien y limpiar con frecuencia evitarán la acumulación de alérgenos, polvo y moho. Además, si se trabaja con sustancias químicas que puedan fomentar contaminación atmosférica, es indispensable usar equipos protectores adecuados. 

 

Ejercicio y dieta: la fórmula mágica

Aunque no existen recetas milagrosas para ninguna enfermedad, mantener un estilo de vida activo y tener una alimentación equilibrada se repiten siempre como los mejores aliados de una buena salud. En el caso de la salud pulmonar, la American Lung Association ha publicado varios informes en los que se señalan estos hábitos como puntales indispensables para un buen funcionamiento de nuestros pulmones.

El ejercicio, especialmente el cardiovascular, hacen que el cuerpo funcione de manera más efectiva para llevar oxígeno al torrente sanguíneo y de este a los músculos que lo necesitan. Como consecuencia, los pulmones también salen reforzados.

Una dieta adecuada para nuestra salud pulmonar debería incluir alimentos que contengan vitamina D, como los huevos, el salmón o la leche, para fortalecer el sistema inmunitario. Por otra parte, el tocoferol (un compuesto químico presente en la vitamina E) previene y disminuye los síntomas del asma. Podemos encontrarlo en frutos secos como las almendras y las avellanas o en verduras como las acelgas y el brócoli. 

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