Consejos para volver a la rutina después de Navidad
¿Contando los días que te quedan de vacaciones? Lo sabemos, reincorporase después de las fiestas no es tarea fácil, pero estos ocho consejos para volver a la rutina.
Tras días de comidas copiosas, celebraciones y horas de sueño desordenadas, retomar una rutina después de Navidad puede parecer todo un desafío. Sin embargo, enero no tiene por qué sentirse como una carga; al contrario, es una oportunidad para empezar de cero. Un momento ideal para plantearnos nuevos propósitos y recuperar, o incluso incorporar nuevos hábitos saludables que nos hagan sentir mejor.
Con una actitud positiva, volver a la normalidad puede convertirse en un proceso mucho más fácil y gratificante. La paciencia será clave, especialmente durante los primeros días. En lugar de intentar modificar todo de golpe, es preferible incorporar estos ajustes de forma progresiva para que la vuelta a la rutina se haga más llevadera:
Pon orden
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Lo primero que debemos hacer es recoger todos los adornos navideños, guardar el árbol y los dulces que hayan sobrado para mentalizarnos del final del periodo festivo. Mantener la casa limpia y ordenada nos ayudará a ser más productivos y a encarar el comienzo del año.
Márcate propósitos
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Enero es el momento ideal para marcarnos nuevos propósitos, tanto profesionales como personales. Como te comentábamos, esto puede ser una gran fuente de motivación para empezar el año. Haz una lista breve con aquellos más importantes y transformadores y céntrate en irlos cumpliendo poco a poco.
Planificar y priorizar es clave
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Planificar y priorizar es clave: A la vuelta de vacaciones, escribe todas las tareas que tengas pendientes y dales un orden de prioridad. No intentes abarcarlas todas de golpe, céntrate en ir haciendo una a una por orden de importancia. La vuelta al trabajo puede resultar abrumadora debido a la cantidad de cosas que dejamos pendientes, pero es fundamental no intentar poner solución a todo el primer día después de las vacaciones, ya que no seremos capaces y lo único que conseguiremos es estresarnos innecesariamente.
Establece horarios
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Las Navidades alteran nuestros ritmos circadianos, es decir, el ciclo natural de cambios físicos y mentales que experimenta nuestro cuerpo en un día, como el hambre y el sueño. Planificar cuándo despertarnos, irnos a dormir o comer es clave para reajustarlos. A la vuelta de las vacaciones, debemos dormir al menos ocho horas y hacer pausas durante la jornada para garantizar un descanso adecuado.
Reajusta tu alimentación
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La Navidad es un periodo de desconexión y alegría, pero también de excesos. Tras las vacaciones, es hora de dejar atrás el turrón, los polvorones y el roscón de Reyes y dar la bienvenida a una dieta saludable. Enero es un buen momento para hacer detox y apostar por las comidas más ligeras y sanas. Planear tus comidas de antemano puede hacer esta tarea más fácil, sobre todo al principio. Con una dieta más sana te sentirás mejor físicamente, y eso también repercutirá en tu salud mental.
Haz ejercicio físico
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Es posible que durante las Navidades hayamos dejado de entrenar y, por ende, hayamos perdido forma física. Por lo tanto, es aconsejable marcarnos objetivos razonables para la vuelta que iremos aumentando progresivamente. Lo más importante es restablecer el hábito de realizar ejercicio físico y no centrarnos en lograr grandes metas. Recuerda calentar previamente y mantenerte hidratado en todo momento. Practicar deporte acompañado podría ayudar, sobre todo en los primeros días.
Disfruta de tus momentos de ocio
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Aunque hayamos vuelto a nuestra jornada laboral es importante no dejar de lado los momentos de ocio. Durante estos descansos, es muy aconsejable desconectar completamente y dedicarnos tiempo para nosotros mismos.
Acompañar a los más peques
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Si tenemos hijos, la vuelta a clase se puede hacer especialmente dura para ellos y, como padres, debemos acompañarlos en el proceso de readaptación. Para facilitar la transición, podemos comenzar a establecer una rutina unos días antes, fijando horarios para acostarse y levantarse, e introduciendo gradualmente comidas más saludables para evitar cambios abruptos.