¿Qué podemos hacer para que nuestras vacaciones sean sostenibles de verdad?
Aunque las administraciones deben jugar un importante papel regulatorio, el primer paso para que nuestras vacaciones no sean perjudiciales para el medio ambiente debemos darlo nosotros, los ciudadanos, tomando las decisiones más adecuadas.
Conversamos con Miguel del Reguero, biólogo especializado en ecoturismo y educación ambiental, para preguntarle qué requisitos debemos cumplir para disfrutar de unas vacaciones ecológicamente responsables.
En su opinión, el primer factor a tener en cuenta es la distancia a cubrir. “Del mismo modo que los mejores cocineros elaboran sus platos con productos de kilómetro cero, debemos empezar a hablar de vacaciones de kilómetro mil o dos mil. No hace falta que descubramos el mundo a pie, como proponía Unamuno, pero sí que nos demos cuenta de que para ser felices viajando no es necesario que nos vayamos muy lejos”, señala.
Del Reguero apunta que existen personas que se han convertido en “coleccionistas de paisajes exóticos o de países en situaciones de riesgo, y, en cambio, no disfrutan de un entorno como el nuestro, en el que tenemos casi de todo, y al que pueden acceder en tren o transporte público”. Al mismo tiempo, el turismo masivo ha hecho que existan territorios “como toda la costa, desde Cataluña a Andalucía, que han sido dañados ecológicamente de forma prácticamente irreversible”.
Del Reguero defiende la calidad de nuestro paisaje, pero para su conservación es esencial que las administraciones regulen la capacidad de carga de estos lugares en el tiempo y el espacio. Esto es especialmente importante en nuestro país, dado que el 12,8% del PIB del 2023 provino del sector turístico. “Hoy nos encontramos con diecisiete modelos de regulación turística distintos para las diecisiete autonomías” –nos dice–. “Esto provoca que haya parques nacionales, por ejemplo, que han conservado muy bien su biodiversidad, y otros como Tablas de Daimiel que se encuentran en una situación más preocupante”.