No hay salud sin salud mental
En el mundo, una de cada cuatro personas sufre o sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida. Además, las muertes por suicidio han aumentado a nivel mundial y, especialmente, en España donde ya son la primera causa de muerte no natural entre los adolescentes.
POR Àngela Zorrilla |
15 Diciembre 2022
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo en el año 2030. En su “Informe mundial sobre la salud mental”, publicado el pasado verano, corroboraba que, aproximadamente, una de cada ocho personas en el mundo sufre ya algún tipo de trastorno mental. En España, una de cada diez personas está diagnosticada con un problema mental y se estima que el 25% de la población tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida. La ansiedad y la depresión son los más comunes y, en muchos casos, van de la mano. De hecho, en España, cerca del 7% de la población está afectada por estos dos problemas.
Los principales signos de la depresión son la tristeza y apatía, la irritabilidad o frustración, los problemas para dormir, los dolores de cabeza, la dificultad para concentrarse o sentirse culpable o desamparado. Sus causas suelen ser una combinación de factores genéticos, ambientales, biológicos y psicológicos. La ansiedad, por su parte, no es solo una sensación de nerviosismo, sino que también ocasiona miedos intensos, pánico, episodios de terror o fobias. La terapia y/o la toma de medicamentos recetados son los principales tratamientos para estos trastornos. La prevención, además, juega un papel decisivo para reducir estos problemas. Según la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, una atención temprana desde la infancia podría reducir en un tercio la incidencia de estos trastornos mentales.
La repercusión de la pandemia
Entre sus innumerables consecuencias, la covid-19 generó una crisis mundial de salud mental. Ha sido una clara muestra de la vulnerabilidad de las personas y la necesidad de cuidar de aquellas que son más frágiles. Solamente durante el primer año de la pandemia, aumentaron en un 25% los trastornos de ansiedad y depresión en todo el mundo. Según informa Fundación Anar, la crisis del coronavirus y sus confinamientos incrementaron los problemas psicológicos. La ideación suicida aumentó en un 244% y la ansiedad en un 280%, por ejemplo.
En este sentido, la prevención del suicidio es una prioridad internacional que se incluye en los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. En 2030 se tendría que haber reducido en un tercio la tasa de mortalidad mundial por suicidio. En España, en parte como consecuencia de la pandemia, por cada persona que se muere por suicidio, hay 10 más que lo intentan, informa Fundamed. Y añade que por cada persona que lo intenta, 14 más lo piensan. Por eso el Gobierno impulsó hace unos meses el teléfono 024, un servicio público y gratuito de atención a personas con conductas suicidas. Se trata de un paso más a la hora de promover que las personas busquen ayuda y la encuentren.