
¿Qué es la agricultura regenerativa?
La agricultura regenerativa emplea innovadoras técnicas agrícolas, ganaderas o silvícolas para mejorar la salud del suelo.
La agricultura regenerativa se basa en la ciencia y en la tecnología para reivindicar que la salud del suelo está totalmente relacionada con la sostenibilidad del sistema alimentario. Su principal objetivo es conservar y rehabilitar los entornos agrícolas para que su actividad productiva sea mejor, combata el cambio climático y asegure un suelo lleno de vida y materia orgánica.
Es decir, la agricultura regenerativa busca estimular y mantener la biodiversidad de la tierra para que pueda producir alimentos de forma sostenible. Para conseguirlo, este tipo de agricultura se basa en una serie de técnicas y prácticas que protegen y restauran la salud del suelo.
Los orígenes de la agricultura regenerativa
Este término apareció por primera vez en la década de 1980, cuando la organización Rodale puso sobre la mesa una alternativa a la agricultura convencional, que estaba deteriorando la tierra, el planeta y la salud humana. Se analizaron los efectos, por ejemplo, del uso de químicos y pesticidas y cómo estos afectaban a la calidad de la tierra y, consecuentemente, a la salud de las personas.
Actualmente, la agricultura regenerativa potencia, sobre todo, la recuperación de suelos degradados, y lo hace aumentando su materia orgánica. Esta nueva manera de plantear la agricultura está demostrando que es posible regenerar y revitalizar tierras y ecosistemas a través de buenas prácticas que se asemejan, cada vez más, a los procesos naturales.
Los cuatro principios de la agricultura regenerativa
Encaminada a hacer la tierra más productiva y saludable, este tipo de prácticas agrícolas brinda herramientas a los agricultores para mejorar su productividad sin depender de elementos externos y priorizando los recursos naturales.
La agricultura regenerativa es respetuosa con el medio ambiente… y, a su vez, es rentable. Para conseguirlo, se sustenta en estos cuatro principios:
- Mejorar la salud del suelo. Se busca aumentar la fertilidad y la calidad del suelo mediante abonos verdes, compostaje, rotación de las plantaciones…
- Aumentar la biodiversidad. La agricultura regenerativa fomenta la diversidad de cultivos y también la incorporación de la ganadería en el sistema agrícola.
- Uso reducido de productos externos. Este tipo de agricultura reduce al máximo el uso de productos químicos, como pesticidas o fertilizantes. En cambio, opta por soluciones naturales que revitalicen la tierra y promuevan la biodiversidad.
- Reducción de las emisiones de CO2. A través de buenas prácticas, se captura CO2 atmosférico y se almacena en los suelos. Así se reduce la huella ecológicca de la agricultura y se combate el cambio climático.
Beneficios de la agricultura regenerativa en las personas
Un suelo más sano tiene mayor potencial de retención de gases de efecto invernadero y, paralelamente, reduce la erosión de los terrenos semiáridos. Esto hace que los terrenos de cultivo sean más resilientes a las inclemencias meteorológicas. Otra de las ventajas de la agricultura regenerativa es que elimina los residuos del cultivo más tradicional, porque evita el uso desmesurado de fertilizantes, pesticidas e, incluso, plásticos.
Finalmente, este tipo de suelos aumentan la capacidad de retención de agua y consiguen, así, reducir los niveles de CO2 atmosférico. Por lo tanto, la agricultura regenerativa se sitúa como una buena solución a la hora de combatir la crisis climática.
Pero las ventajas que proporciona la agricultura regenerativa van más allá de la protección de la biodiversidad o la mejora de los suelos. Este nuevo enfoque agrícola también tiene beneficios positivos para las personas.
Los cultivos resultantes de una agricultura regenerativa, al crecer en suelos más sanos y libres de productos químicos, ofrecen más nutrientes y una mejor calidad nutricional. Es decir, mejoran la salud alimentaria.
Por ejemplo: tanto la carne como los productos lácteos de la agricultura regenerativa contienen fitoquímicos, unos antioxidantes muy importantes que no se encuentran en los productos convencionales, y la carne de vacuno regenerativa contiene 300% de ácidos grasos omega-3 en comparación con la carne de vacuno cultivada de forma tradicional.
En definitiva, la agricultura regenerativa no solo cuida la tierra, también mejora la alimentación de la sociedad. El futuro pasa, por lo tanto, por un mundo en el que la agricultura regenerativa sea la norma y no una moda. Ya se ha demostrado que sus beneficios van más allá de la sostenibilidad ambiental y ayudan a conseguir sistemas alimentarios resilientes y una mejor salud global.