Caldo casero: todo lo necesario para que te salga exquisito
En esta época del año nada apetece más que un caldo reconfortante para combatir el frío. En este artículo te enseñamos a preparar el caldo de pollo casero perfecto.
El caldo es una de las recetas tradicionales que más se cocina durante el invierno. Además de ser fácil de preparar, es muy versátil para darle sabor a otras preparaciones y platos.
El caldo de pollo es muy fácil de digerir, ya que se trata de una preparación baja en calorías y grasas. En cambio, es un plato repleto de minerales (calcio, magnesio, potasio, fósforo, etc.) y colágeno, muy favorable para la salud de la piel, los huesos y las articulaciones.
A continuación, te mostramos los pasos para preparar caldo de pollo casero y todo lo necesario para que te salga exquisito.
Ingredientes
- 100 g de cebolla
- 150 g de puerro
- 150 g de zanahoria
- 100 g de nabo
- 1 rama de apio
- 2 carcasas de pollo
- 2 contramuslos de pollo
- 1 hoja de laurel
- 3 l de agua
- 5 g de sal
Trucos para sacarle el máximo partido al caldo casero
Finalmente, compartimos algunos trucos y consejos para que puedas aprovechar al máximo esta receta y encuentres la variante que más te guste.
- No deseches las verduras del caldo. Te servirán para añadir a una sopa o para hacer una crema de verduras. En cuanto a los contramuslos de pollo, puedes desmenuzarlos y consumirlos también en sopa o en cualquier otra preparación.
- Si quieres conseguir un caldo con más sabor, puedes hornear las carcasas y los muslos de pollo previamente. También puedes hacerlo en el airfryer.
- Si tienes una olla a presión, ¡reducirás el tiempo de cocción a menos de la mitad!
- No te pases con la sal. Una cucharadita de postre será suficiente para salar el caldo, el resto de los ingredientes se encargarán de darle sabor.
- Si lo deseas, puedes agregar un hueso de jamón y/o un hueso de rodilla de ternera para darle más sabor.
- Puedes congelar el caldo para usarlo cuando quieras. Asegúrate de hacerlo en un recipiente adecuado (tarro de cristal, tupper, bolsa de zip, etc.) sin llenarlo hasta el borde, ya que aumentará su volumen durante el proceso de congelación.
- Puedes consumirlo solo o usarlo como base para la elaboración de diferentes recetas. Por ejemplo: sopa de verduras, sopa de pollo desmenuzado, sopa de pasta, risotto de setas, arroz caldoso de montaña, muslos de pollo con verduras, guiso de garbanzos, estofado de carne, cremas o purés de verduras.