Concepción Giner. Directora médica del Hospital HLA Vistahermosa. Especializada en microbiología. Directora del laboratorio de análisis del HLA Vistahermosa de 2005 a 2010.
“En mi primera reunión me vi muy sola, pero trece años después en la sala ya hay más mujeres”
La doctora Giner estudió en la Universidad de Alicante y se especializó en enfermedades infecciosas y microbiología clínica. Terminó en un momento en que había bastantes médicos en paro y, por una “casualidad de ascensor”, terminó creando el laboratorio de microbiología clínica del HLA Vistahermosa, en su ciudad natal, Alicante. Tras asumir el cargo de responsable general de análisis y microbiología clínica, le ofrecieron la dirección médica del hospital, hace ya trece años. En este tiempo, afirma, ha vivido la feminización en los hospitales como una evolución del sector natural.
¿Es igual la atención en salud desde una perspectiva femenina y una masculina?
Desde hace más de veinte años trabajamos con el concepto de morbilidad diferencial, que no es otra cosa que la diferencia en las patologías, los tratamientos y los pronósticos dependiendo del género. El cáncer afecta a uno de cada dos hombres, y a una de cada tres mujeres; hay una prevalencia de género. Pero la quimioterapia tiene más efectos colaterales en el sexo femenino. Por lo tanto, hay un desarrollo de la actividad sanitaria que depende del género y el conocimiento de esas diferencias por parte del personal hace más eficiente la atención sanitaria. Si hablamos de la percepción del paciente, está demostrado que al género femenino se le reconocen características como la empatía, la tendencia a la labor del cuidado o gran capacidad de gestión y negociación en grupos. Creo que esto son características que tenemos como mujeres, y que como médicas las aplicamos. Pero desde un punto de vista científico te diría que independientemente de que el cuidado, que es algo más subjetivo, pueda ser mejor por parte de un género concreto, lo que es la acción médica es algo objetivo y debe de responder únicamente al diagnóstico.
Pero ha existido durante mucho tiempo una asociación de roles en que el médico era una figura masculina.
Hace mucho tiempo de esto, pero sí. Yo he visto al típico paciente ingresado de una edad avanzada, hace veinte años, que cuando te veía entrar a ti con veintisiete años, recién salida de la facultad, pedía por favor que viniera a atenderle el médico. Incluso alguna vez algún encuentro era un poco más entonado. Pero te mentiría si te dijera que me he encontrado con grandes dificultades en este aspecto y, si fuera el caso, ahora lo tendrían difícil, porque en el hospital más del 60 % de la plantilla son mujeres.
De hecho, según los datos de la FACME, el 61 % de los médicos en España son mujeres. ¿A qué crees que es debido este aumento?
Siempre ha habido un elevado porcentaje de mujeres en las profesiones del ámbito sanitario, no solo en la formación médica. Es probable que el aumento paulatino año tras año de este porcentaje tenga que ver con un filtro para la entrada en las facultades de medicina que viene dado por unas notas que te empiezan a contar desde los 16 años. Las mujeres suelen alcanzar la madurez mucho antes, y puede que las centre en la compresión de su decisión y por tanto en el inicio del esfuerzo para llegar a ello. Y también creo que las mujeres suelen ser más tenaces en sus compromisos, sobre todo en estas edades.
Medicina es una carrera de esfuerzos y puede que ahora las mujeres prioricen su carrera o pospongan la maternidad...
Yo no me atrevería a dar una afirmación tan tajante. Yo tengo tres hermanos y en mi casa nunca noté una diferencia de trato en las elecciones que tomábamos. En casa no me encontré con la problemática y en la vida profesional tampoco lo he sentido así, pero es cierto que tengo entornos donde hay mujeres que han tenido que elegir entre su carrera y la maternidad, y me ha resultado más difícil conocer hombres que se hayan planteado este problema. Yo también soy madre y sé que es complicado tener que elegir, pero no sé si es una cuestión de género o de cómo se vive la maternidad. Antes se vivía de forma distinta y ahora ya hay muchos hombres que entienden la paternidad como algo más que tener hijos.
Sin embargo, son las mujeres las que siguen pidiendo reducciones de jornada para conciliar.
Me da la sensación, también, que socialmente no está entendido que una mujer decida tener hijos de la misma forma que los tienen los hombres, dejándolos, por ejemplo, en manos de cuidadores, en caso de que se tenga la oportunidad. Otra cosa es que decidas, a título personal, dedicarte completamente a tus hijos. Entonces, aunque no quieras, te paralizas a nivel profesional, por lo menos unos años. Y, evidentemente, si no existe ayuda familiar o económica, la complejidad en esta decisión es muchísimo mayor.
¿Cómo ha cambiado la forma de gestión en tu cargo a lo largo de todos estos años?
Llevo trece años en la dirección médica y nunca hubiese imaginado lo que ha pasado en todo este tiempo. Historia clínica informatizada, los cambios entre la sanidad pública y la privada, la importantísima revolución tecnológica actual, la evolución en la medicación, la genética, la pandemia mundial... Cuando el doctor Ivorra me dio el cargo nunca me hubiera imaginado un futuro así, pero mi lema siempre ha sido el mismo: conocimiento, máxima implicación y trabajo en equipo. Y en el caso de la feminización, no está hecho a propósito, pero en mi hospital la mayoría de responsables de las unidades de especialización son mujeres, y no porque se haya buscado que lo sean.
Hace casi treinta años eras una mujer joven accediendo a un cargo de gran responsabilidad. ¿Cómo ves el acceso de mujeres jóvenes a cargos de un peso significativo en las estructuras actuales de los hospitales?
Aunque la sanidad española se sitúa entre las más feminizadas de Europa, los datos siguen confirmando que los hombres triplican a las mujeres en los puestos de responsabilidad y dirección. Antes ibas a cualquier hospital y el gerente o el director eran varones y de avanzada edad. Yo cuando llegué estaba tan angustiada con hacerlo bien que lo sentí más como un grito de auxilio que como una victoria. En la primera reunión recuerdo que me vi muy sola, pero trece años después en la sala ya hay más mujeres y más mujeres jóvenes. Y creo que el futuro para nosotras se presenta muy positivo.
¿Qué trabajo crees que puedes hacer en cuanto a la representación femenina en el sector mientras tanto?
El que lleve la dirección médica del HLA Vistahermosa me coloca en un lugar de representación, aparte de responsabilidad. Me gusta ir a entrevistas y actos y estar vinculada a mi ciudad, Alicante. Siento que el hecho de que vaya yo, como mujer, es una forma de que la gente normalice la presencia femenina en cargos de responsabilidad. Si antes siempre aparecían hombres, me siento honrada por poder asumir ahora este cargo de representación, como demostración de que las cosas van cambiando. Y, más que como mujer, como persona, también busco los mejores equipos, sin que me condicione el género.