¿Sabías que la primera intervención con anestesia se llevó a cabo con el gas de la risa?

¿Sabías que la primera intervención con anestesia se llevó a cabo con el gas de la risa?

Un odontólogo llamado Horace Wells descubrió los efectos anestésicos del gas de la risa y lo usó para sus intervenciones en la consulta.

Aunque la primera operación con anestesia la protagonizaron el cirujano John C. Warren y el dentista William T. G. Morton el 16 de octubre de 1846 –en un acontecimiento conocido como “el día del éter”–, unos años antes ya se había utilizado un gas con efectos anestésicos para aliviar el dolor de las intervenciones médicas. También lo había llevado a cabo un dentista, pero de nombre Horace Wells.  

 

Horace wells y el gas de la risa

Horace Wells, un odontólogo de la ciudad de Hartford, asistió en 1844 a una conferencia en la que un estudiante de medicina (Gardner  Colton) quiso mostrar los efectos que causaba el óxido nitroso, conocido popularmente como el gas de la risa. Wells, al ver que uno de los participantes se había golpeado una pierna y parecía no sentir el dolor, creyó que aquel gas podría ser una solución para aliviar el dolor de sus pacientes cuando realizaba extracciones.  

Sin embargo, y a pesar de que Wells llegó a hacer varias extracciones indoloras, un químico de la ciudad le advirtió de los peligros del uso del óxido nitroso. Entre otras cuestiones, la falta de oxígeno que llega al cerebro podía causar desde desmayos hasta paradas respiratorias.  

Aun así, Wells comunicó sus progresos a un antiguo aprendiz, William Morton,  quien le llevó ante una audiencia médica de la Universidad de Harvard para hacer una demostración, pero la intervención fracasó estrepitosamente.  

Morton, por su cuenta, siguió haciendo algunos experimentos al respecto, hasta que dio con otro gas –el éter–  que, dos años más tarde y tras varios experimentos con animales y humanos, resultó funcionar como anestesiante. 

Lo probó públicamente, en el mismo anfiteatro de la facultad de medicina de Harvard, con un paciente que tenía un tumor en el cuello. Tras inhalar el gas, el paciente quedó inconsciente y se pudo realizar la intervención sin ningún problema. 

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