
Síntomas de alerta: cómo identificar las señales que te manda el cuerpo
El cuerpo transmite señales que muchas veces pasamos por alto. Reconocerlas a tiempo y consultarlas con un experto será clave para prevenir ciertas enfermedades.
Dolores recurrentes, sangre en la orina, problemas de visión, dificultad para mover un brazo… Aunque en ocasiones una anomalía puede presentarse de forma aislada y arreglarse de forma natural, en otras puede tratarse de los primeros signos de una enfermedad más compleja. Pero, entonces, ¿cómo se puede saber cuándo acudir a un médico con urgencia y cuando no?
La importancia de las revisiones médicas
En primer lugar, hay que recordar que los médicos no únicamente atienden enfermedades, también ayudan a prevenirlas. Por eso, es indispensable realizar todos los controles regulares de salud como las revisiones oftalmológicas o ginecológicas, además de una revisión general cada 2-3 años. También es vital mantener actualizado el calendario de vacunación y asesorarse con los expertos y especialistas sobre cómo evitar algunos problemas de salud.
Un gran porcentaje de enfermedades graves se pueden manejar más eficazmente si se controlan los factores de riesgo y, sobre todo, se atienden los signos de alerta tempranos. En este sentido, por ejemplo, la OMS advierte que reconocer ciertos síntomas puede ayudar a prevenir hasta un 80% de los infartos y, aunque no siempre es posible, frenar el avance de ciertas enfermedades pulmonares.
Dejar pasar advertencias claras, pensando que el malestar o el problema de salud acabará desapareciendo por sí solo, puede ser peligroso. Contrariamente, prestar atención a ciertas señales es la mejor manera de prevenir problemas cardiovasculares, neurológicos o autoinmunes, entre otros.
Síntomas de salud que merecen atención
Escuchar al cuerpo es una de las medidas más eficaces a la hora de prevenir problemas serios de salud y mantener el bienestar. Para ello, la mejor herramienta es conocer los principales síntomas de alerta que pueden estar siendo una advertencia. Estos son algunos de los más comunes.
Síntomas de problemas neurológicos
- Dificultad o cambios en el habla o la visión
- Mareos o problemas de equilibrio
- Dolores de cabeza persistentes
- Entumecimiento en las extremidades
- Debilidad muscular
- Pérdidas de memoria
- Pérdidas de conocimiento
Síntomas de problemas respiratorios
- Falta de aire
- Respiración con dificultad
- Cansancio extremo
- Taquicardias
- Inflamación de las amígdalas
- Tos
- Molestias o dolor en el pecho
- Afonía
- Dolor de oídos
- Fiebre
- Dolor en el pecho
Síntomas de problemas digestivos
- Dolor abdominal
- Náuseas y/o vómitos
- Sensación de ardor
- Eructos
- Saciedad precoz
- Hinchazón del abdomen
- Estreñimiento o diarrea
- Pérdida o aumento de peso
- Sangrado al evacuar
- Dificultad para tragar alimentos
Síntomas de problemas cardiovasculares
- Problemas de visión
- Fatiga persistente y debilidad
- Dolores o molestias en el pecho
- Problemas para respirar
- Palpitaciones
- Náuseas o vómitos
- Hinchazón de las extremidades