
Así puedes impulsar la circularidad en tu día a día (reutiliza - revende - regala)
Apostar por la economía circular puede ser una forma efectiva de cuidar el planeta. Reutilizar, revender o regalar son las tres claves para un consumo más responsable, accesible y solidario.
Cada ciudadano europeo genera, de media, más de 500 kg de residuos al año. Una cantidad desorbitada que precisa un cambio profundo de hábitos para conseguir un futuro más sostenible. Para frenar la degradación ambiental que esto supone, la economía circular se ha convertido en una alternativa real frente al modelo lineal de extraer - usar - tirar. Y, dentro de la economía circular, una de sus claves más sencillas es reutilizar.
Reutiliza con creatividad: alarga la vida útil de lo que ya tienes
¿Un tarro de cristal? Puede transformarse en un organizador de escritorio. ¿Unos vaqueros rotos? En manos hábiles, pueden convertirse en una bolsa de tela o en parches para otras prendas. Esta transformación del residuo en recurso es algo que iniciativas como Rezero, en Cataluña, promueven activamente, trabajando para lograr una sociedad sin residuos, fomentando el consumo consciente y el alargamiento de la vida útil de los productos.
De la misma manera, en muchos municipios también existen bibliotecas de cosas, como la del distrito de Sant Martí, en Barcelona, donde puedes pedir prestado desde herramientas hasta pequeños electrodomésticos. Así, en lugar de comprar algo que solo usarás una vez, compartes recursos y reduces la demanda de fabricación innecesaria.
Además, también podemos encontrar talleres comunitarios donde se enseña a reparar ropa, electrodomésticos o bicicletas. El proyecto Recumadrid y el programa Reparat millor que nou, del Área Metropolitana de Barcelona, son claros ejemplos de cómo reparar puede ser una forma de empoderamiento ciudadano y reducción de residuos.
Revende o regala: una segunda vida para lo que no usas
Aun así, si lo que te pasa es que tienes un armario lleno de ropa que no usas o una estantería saturada de libros olvidados, es el momento de practicar la segunda R de esta estrategia: revender. Plataformas como Wallapop, Vinted, o Todocolección han facilitado enormemente este proceso, conectando a miles de personas que buscan dar nueva vida a objetos de segunda mano.
Además, en ciudades como Barcelona, Valencia o Madrid existen multitud de mercados y ferias de segunda mano, como Lost&Found Market o El Flea, donde puedes vender o intercambiar objetos directamente. Así, mediante estas iniciativas, se fomenta la circularidad del consumo contribuyendo a reducir la producción industrial, uno de los principales generadores de emisiones y de afectación de la flora y fauna por sobreexplotación de recursos.
Por otra parte, también podemos optar por regalar o donar objetos que ya no usamos. Donar juguetes a asociaciones como Creu Roja Joventut, entregar ropa en puntos de recogida de Cáritas o participar en grupos vecinales de intercambio en apps como Gratix son formas de aportar valor sin coste alguno. De hecho, regalar un objeto en buen estado no solo evita residuos, sino que puede ayudar a personas en situación vulnerable y generar comunidad.
Con este enfoque, además, también obtenemos beneficios indirectos: se refuerza la cultura del cuidado, se generan relaciones de confianza y se rompe el ciclo de la acumulación innecesaria. Al regalar, no solo vacías un cajón: aportas utilidad, reduces el riesgo de incendio en espacios abarrotados y contribuyes a la salud ambiental de tu entorno.
Consejos prácticos para practicar la circularidad cada día
Si ya te has decidido a contribuir a una lógica circular y sostenible del consumo pero no sabes cómo empezar, te será útil conocer algunos tips que te harán más fácil el cambio.
Antes de adquirir algo nuevo, es fundamental hacer un inventario de lo que ya poseemos, ya que muchas veces olvidamos que tenemos objetos almacenados que todavía pueden ser útiles. Además, organizar intercambios con amistades o familiares puede ser una excelente manera de reutilizar bienes, desde ropa infantil hasta electrodomésticos o artículos de decoración.
También es recomendable es consultar iniciativas locales, como los puntos verdes o espacios de reutilización. En Cataluña, por ejemplo, la Agència de Residus ofrece un mapa actualizado con entidades que fomentan la reutilización, proporcionando una guía útil para quienes deseen contribuir al cuidado del medio ambiente.
Como ya hemos comentado, reparar o personalizar los objetos que utilizamos también es una forma efectiva de prolongar su vida útil y, al mismo tiempo, dotarlos de un valor afectivo que nos motive a cuidarlos más.
Aplicar los principios de la economía circular no requiere grandes inversiones ni cambios radicales. Reutilizar, revender o regalar son gestos cotidianos que, si se extienden, pueden tener un impacto profundo. Porque cada objeto salvado del vertedero es una victoria frente al despilfarro.