Las olas de calor y su efecto en el medio ambiente

Las olas de calor y su efecto en el medio ambiente

Las consecuencias de las olas de calor son devastadoras a diferentes niveles, tanto para la salud de las personas como para la sostenibilidad del planeta y de la sociedad.

POR Joan Mas Miquel Salom | 27 Julio 2024

“No sé cuántas advertencias más necesita el mundo. Es como si la raza humana hubiera recibido un diagnóstico médico terminal y supiera que hay una cura, pero conscientemente decidiera no salvarse.”

Con estas palabras, tajante, la profesora Lesley Hughes, de la Universidad Macquire de Sydney, Australia, alertaba a los lectores de The Guardian, en una entrevista publicada el año pasado. Precisamente en su tierra, Australia, las consecuencias de las olas de calor están siendo devastadoras, con temperaturas que alcanzan los 45 ºC y numerosos episodios de sequías e incendios devastadores en los últimos años.  

El caso de Australia, sin embargo, no es aislado. La temperatura global ha ido creciendo año tras año, poniendo en jaque a multitud de especies animales, entre ellos los humanos. El verano pasado batió todos los récords en temperaturas y fenómenos climáticos extremos, y se espera que este, que está a punto de comenzar, supere las cifras anteriores.  

Lamentablemente, esta última frase es muy posible que la leamos o escuchemos en los años que están por venir. Y en cada ocasión será cierta.  

 

Consecuencias para la salud humana

Las olas de calor representan una seria amenaza para la salud humana, tanto exacerbando condiciones médicas preexistentes como causando nuevas emergencias. Las altas temperaturas son un factor determinante para aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como provocar una mayor incidencia de golpes de calor, deshidratación y agotamiento por calor. Los niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas son el grupo más vulnerable frente a estos sucesos.

Pero, además, las olas de calor pueden tener impactos psicológicos, como el estrés térmico y la ansiedad relacionada con el clima. Este último aspecto, el relacionado con la salud mental, puede traer a su vez consecuencias sociales y políticas. La falta de esperanza y desasosiego provocada por la ansiedad climática puede derivar en posicionamientos extremos y sociedades más beligerantes.  

 

Impacto medioambiental de las olas de calor

Los efectos más visibles y drásticos de las olas de calor, sin embargo, los vemos en el impacto que tienen en la salud medioambiental. En los últimos años hemos podido observar cómo, a causa de las altas temperaturas, han variado los flujos migratorios de los animales, descontrolándose. Algunos ecosistemas se han llegado a romper, convirtiéndose en hostiles para las mismas especies que antes albergaban. Estos factores contribuyen, y continuarán contribuyendo, a la pérdida de biodiversidad, con la extinción de varias especies.  


Por otro lado, debido a las altas temperaturas, son más frecuentes los largos períodos de sequía y, en consecuencia, los incendios forestales, que son especialmente dañinos debido a la emisión de gases de efecto invernadero.  

Finalmente, las altas temperaturas también contribuyen a la acidificación de los océanos, con efectos devastadores para los arrecifes de coral y la supervivencia de las especies marinas. De hecho, en los últimos años, no ha sido extraña la imagen de playas con multitud de peces muertos a causa de la temperatura del agua.  

 

Impacto económico y social

Las olas de calor no solo representan una amenaza para la salud y el medio ambiente, sino que también tienen serias implicaciones económicas y sociales. Las condiciones de trabajo extremas pueden suponer una importante reducción de la productividad laboral, impactando significativamente en la economía, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción y el turismo.

Debido a las sequías pueden producirse cambios en los patrones de cultivo, afectando a la producción de alimentos. Esto lleva a importantes pérdidas agrícolas y una mayor dificultad para la obtención de sustento alimentario para todos. Además, con las altas temperaturas también aumenta la demanda de energía para la refrigeración. El aire acondicionado va volviéndose de cada vez más imprescindible en períodos de calor extremo, generando así mayores costes energéticos, ya que habitualmente se obtiene de fuentes de energía no renovables que dejan una importante huella de carbono.

En definitiva, las olas de calor están generando un impacto multidimensional que requiere una respuesta urgente y coordinada a escala mundial. La adopción de políticas de adaptación y mitigación, así como la promoción de prácticas sostenibles, son esenciales para enfrentarnos a este desafío climático y garantizar un futuro seguro y próspero para las generaciones venideras. 

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