Alimentación segura y saludable en el trabajo
Al preparar ‘tuppers’ saludables para llevar al trabajo es imprescindible tener en cuenta las principales normas de seguridad alimentaria.
Comer fuera de casa a diario puede suponer un reto para muchas personas. Preparar la comida para llevar es una solución que permite mantener una alimentación saludable y consciente. En estos casos es necesario conocer qué tipo de alimentos son idóneos para preparar tuppers y cómo evitar que se nos echen a perder. Lo primero es planificar qué platos incluir en las comidas de cada día de la semana. Para lograr un plato completo, es recomendable basarse en las proporciones del método del plato o plato de Harvard, que trata de asegurar que:
- La mitad del plato contenga verduras, ya sean crudas o cocidas.
- Un cuarto del plato incluya un alimento rico en proteínas. Es recomendable intercalar entre alimentos de origen animal, como el pescado y la carne, y de origen vegetal, como las legumbres.
- El cuarto del plato restante contenga un alimento rico en hidratos de carbono. Por ejemplo, cereales integrales o tubérculos.
Asimismo, hay que tener en cuenta unas normas de higiene básicas a la hora de preparar los platos:
- Lavarse correctamente las manos antes de manipular alimentos, así como las superficies y los utensilios que vayan a usarse.
- Evitar el contacto entre carnes, pescados y huevos crudos con otros alimentos listos para consumir, ya sean crudos o cocidos.
Cómo almacenar la comida y cuánto tiempo dura en la nevera
Lo más recomendable y sostenible es el uso de recipientes de vidrio con tapa hermética. Si se usan recipientes de plástico, estos deben ser aptos para uso alimentario, lo cual puede verificarse con la presencia del símbolo de una copa y un tenedor. En cambio, es preciso evitar aquellos recipientes de plástico que sean de un solo uso y/o que contengan sustancias nocivas como el bisfenol A (BPA) o los ftalatos.
La mayoría de platos cocinados pueden durar varios días en la nevera. Preparaciones con carne, huevo o pescado cocidos, verduras, tubérculos o legumbres pueden durar hasta tres días refrigeradas. No obstante, hay algunos alimentos que requieren de un trato más especial. Por ejemplo, no es aconsejable guardar pasta o arroz cocido más de uno o dos días en la nevera.
A la hora de transportar la comida de casa a la oficina, hay que procurar evitar romper la cadena de frío con cambios bruscos de temperatura. Para ello, es aconsejable guardar el tupper en una bolsa isotérmica ya que ayuda a mantener los alimentos refrigerados en aislamiento. Una vez en el trabajo, volver a dejar la comida en el frigorífico hasta el momento de su consumo. La comida se puede recalentar en el microondas siempre que se indique en el mismo recipiente con un símbolo de varias líneas onduladas.
Una despensa básica
Tener una despensa bien equipada en el trabajo puede hacer que las comidas sean más prácticas, saludables y sabrosas. Entre los principales alimentos básicos que pueden añadirse encontramos los granos instantáneos, como la quinoa o el arroz; proteínas en conserva, como el atún, las sardinas o el pollo enlatado; tortillas de maíz o trigo (para hacer wraps) y algunos alimentos que pueden servir para completar el plato o picar entre horas de forma saludable, como los frutos secos, la fruta deshidratada o unas galletas integrales.
Finalmente, los aderezos son un complemento indispensable para dar sabor a los platos. En una despensa se pueden añadir condimentos como aceite de oliva, vinagre o salsa de soja, que cuentan con un largo tiempo de conservación; y especias de cualquier tipo, como la sal y la pimienta.
Menú semanal
A continuación, proponemos un ejemplo de una semana de tuppers para llevar al trabajo. Todas las opciones pueden complementarse con un postre, preferentemente una ración de fruta fresca o un lácteo fermentado (yogur natural o queso fresco, por ejemplo). Asimismo, se recomienda el agua como bebida principal y evitar, en cambio, los refrescos y demás bebidas azucaradas o que contengan alcohol.